En relación con el deterioro del adoquinado de las calles se
hace constar:
1º Que nadie está obligado a transitar por las calles del
casco histórico. Salir a la calle supone, indudablemente un riesgo que los
vecinos y forasteros se imponen libremente, cada cual se responsabiliza de las
consecuencias que pudiera sufrir si decide salir de su casa.
2º Si no van debidamente acompañadas se prohibe transitar a las personas que tengan las
facultades físicas mermadas, a los niños
y a quienes se hallen en estado de embriaguez.
3º Se sancionará a quienes formen corrillos o se detengan en
las aceras dificultando así el paso de otros transeúntes.
4º Las prohibiciones anteriores son especialmente graves los
días de lluvia, en los cuales se recomienda salir a la calle calzados con
catiuscas.
5º Las noches de invierno sólo se podrá caminar por las
calles del centro en posesión de linternas u otras luminarias.
6º Las personas que tropiecen y caigan en la vía pública, y
sean reincidentes, serán severamente sancionadas.
Felipe Pereda
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