Un
cuento……… “LA CALLE”
El Cine Coral amenazaba ruina. Sus puertas fueron
cerradas. El luminoso se apagó para siempre y la clausura dejó en las
carteleras un letrero de Se Vende. Allí donde una vez sonreía Lauren Bacall o
James Dean se instaló el vacío, y ese color sin fondo de los locales cerrados.
Resultaba extraño verlo así. Donde habíamos guardado cola en otro tiempo ahora
sólo había un espacio lúgubre, un portalón vacío que era como la antesala de la
muerte del cine.
No tardó en instalarse una pareja de vagabundos que se
llevaron sus trastos y tetrabriks, y en poco tiempo hicieron de aquella ruina
su hogar. Era mejor verles a ellos ocupando el lugar de lo que fue aquel cine.
Se habían esfumado los héroes de la gran pantalla, pero quedaron dos Robinsones
desarrapados ofreciendo al público el espectáculo de sus tardes de vinazo, y
sus broncas, y sus risas. El cine había dejado paso al teatro. Y el teatro eran
ellos. Muy pronto hubo palomas picoteando las migas de sus bocatas, y gatos y perros
igualmente vagabundos. A veces pasabas y estaban tirados, sin decir nada,
dormitando o simplemente echados sobre sus cartones. Pero había tardes de
verdad vibrantes. Discutían y se amenazaban, ciegos por el vinazo y el frío
pelón de febrero.
Una de aquellas tardes llovía a cántaros y el viento
golpeaba con saña los voladizos de la avenida. Bolsas de plástico y periódicos
viejos huían en remolinos mojados, y en la calle no se veía un alma. Pasé por
allí por casualidad enfundado en mi parka y encogido por el frío. Estaban
enredados en una discusión de las buenas. Ella decía:
- Vete. Si no me quieres, vete.
Has estado con ella, lo sé. Lárgate. ¡No me toqueeees….!
- Pero, si me echas de casa,
¿dónde coño quieres que vaya? ¿A la calle? ¿Me voy a la calle?
AUTOR: (Miguel
Ángel Yusta Martín. Madrid)
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