viernes, 6 de julio de 2012

Un año sin Adolfo Linares

 UN AÑO sin ADOLFO LINARES

Se cumple un año de la desaparición de Adolfo Linares Sáiz en la isla de Ibiza. Era el párroco de Ampuero y esta tarea la ejercía desde hacía 18 años.

De él no quedó huella ni rastro y desde el principio los investigadores presumieron lo peor, que había fallecido; bien por sufrir un accidente o por haber sido víctima de una agresión.  

Adolfo tenía el hígado trasplantado y necesitaba constantes revisiones; la policía halló sus documentos , su teléfono; sus cuentas bancarias que no se movieron; su ilusión era jubilarse pronto y regresar a su tierra natal.

Nunca se sospechó que su desaparición fuera voluntaria, aunque como es natural fue inevitable que surgiera algún que otro chisme malintencionado o lleno de ignorancia.

“Piensa mal y acertarás” sigue siendo el refrán utilizado por algunos descerebrados.

Nació en Caranceja en 1946 y fue párroco e incluso alcalde de Ruente con mayoría absoluta, durante dos legislaturas por el PSOE. Como diputado  en 1983 llegó a ser portavoz socialista en la Asamblea. Después llegaron las desavenencias con la clase política  y su época más controvertida, cuando en 1987 funda su propio partido, que no cosechó éxito: “Radicales por Cantabria” y recorre toda la región con una burra y una oveja.

Cuando llegó a Ampuero manifestó que se dedicaba plenamente a su labor sacerdotal y que daba por zanjada su época conflictiva, en alusión evidente a estar en política. Ahora se iba a dedicar plenamente a su labor de sacerdote, tanto en lo pastoral como en la parte de gestor, ya que tenía que rehabilitar varias iglesias (la de Cereceda, creo que la de Cerbiago también y sobre todo la de Ampuero, que se encontraba en un estado calamitoso).

Sin poder juzgar con conocimiento suficiente los logros de “su obra”, desde mi punto de vista han sido patentes. Realizó una gran labor en Ampuero y sin duda hubiera sido mayor si la salud le hubiese acompañado.

“La Fuente de la Rana” tiene previsto más adelante tratar con más detenimiento todas las obras emprendidas en la iglesia de Ampuero.

He recogido en la calle una opinión muy favorable al párroco. He escuchado algún comentario contrario, como no podía ser de otro modo, pero la menor de las veces. Muchos ampuerenses sienten su falta con tristeza y lo recuerdan con cariño.

Para mi mujer y para mí fue una persona entrañable, que siempre nos brindó apoyo y amistad, de la cual guardamos buenos recuerdos.

Sirvan estas líneas como un sentido homenaje a su memoria.




Foto Sane (El Diario Montañés)
Dos meses antes de su desaparición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario