Inuguración de
la iglesia de Marrón
La nueva iglesia parroquial –una sola
nave, espaciosa y llena de luz, con un sencillo campanario de espadaña- fue
construida poco antes del advenimiento de la República, y se debió su
iniciación y planteamiento al entonces párroco de Marrón, don Patricio Trujeda,
hoy párroco de Colindres. La idea de aquel celoso párroco encontró entusiasta
acogida en todos los vecinos de la localidad, muy especialmente en las
distinguidas y benefactoras familias de don Aureo Gómez Setién y de Barquín
Caller. Ultimados ahora los detalles de decoración, etcétera, merced a la
actividad del actual párroco, don José Díaz Vidal, se ha procedido a la
bendición del nuevo templo y a su solemnísima inauguración.
A las once de la mañana llegó a Marrón
el excelentísimo señor Obispo de la Diócesis, doctor don José Eguino y Trecu,
acompañado del muy ilustre señor don Lorenzo Bereciartua, doctoral de la S. I.
Catedral, y don Luis Eguino y Trecu. A recibir al Prelado acudieron al límite
municipal de Ampuero el arcipreste y párroco de la villa, don Julián Escalante;
el alcalde camarada Aurelio Céspedes Sarabia, y el primer teniente de alcalde
camarada Luis Blanco. El pueblo tributó al señor Obispo un caluroso recibimiento.
Seguidamente se procedió a la bendición
del nuevo templo, con arreglo a las ceremonias de rública, participando en este
acto numerosos sacerdotes de los pueblos comarcanos.
Abierto el nuevo local sagrado se vio
totalmente lleno de numerosos fieles de Marrón y Ampuero, e inmediatamente dio
comienzo la misa solemne. El Prelado ocupó un sitial bajo dosel, en el
presbiterio, acompañado de don Julián Escalante y de don Luis Eguino y Trecu. A
la entrada del mismo figuraban los padrinos de la nueva iglesia, la distinguida
y encantadora señorita Manolita Gómez Gutierrez y el joven Joaquín Barquín. En
el lugar designado para las autoridades se hallaban el alcalde y jefe local,
camarada Céspedes, que ostentaba la representación del Gobernador civil- jefe
provincial del Movimiento el primer teniente de alcalde camarada Luis Blanco,
en representación del Ayuntamiento de Ampuero; el segundo teniente de alcalde,
don Manuel Palacio Gómez; los gestores don Miguel Fernández, don Francisco
Camino y don Antonio Setién; el secretario local del Movimiento, camarada
Leopoldo de la Peña, y el secretario municipal don Manuel Palacio Ulacia.
También se hallaba presente en los actos el capitán juez militar de Villadiego,
señor Gandarillas.
Entre los sacerdotes y religiosos asistentes
a tan solemnes actos figuraban los reverendos Padres Trinitarios José María de
Jesús y José del Redentor; don Luis Bellocq, coadjutor de la parroquia de la
Compañía de Santander; don Benito Gabasa, párroco de Rasines; don Gregorio
Ungo, párroco de Limpias; don Julio Arredondo, párroco de Gibaja; don Rafael
Revuelta, párroco de Cereceda; R. P. Claudio Muñoz, Superior de los Padres
Paúles de Limpias; don Paulino Sáez, tenor de la S. I. Catedral, y don José
Pérez Burgos, sochante de la misma.
Hacía guardia a la entrada del
presbítero, una escuadra de camaradas del Frente de Juventudes, integrada por
los camaradas José Diaz Romeral, Daniel Bahón, Manuel Tarilonte, Lucio Viota,
Ángel Martínez y Aurelio Sarabia.
Ofició de preste en la solemnísima misa
don Epifanio Ruiz, Rector del Seminario Conciliar de Corbán, ayudado de diácono
por el párroco de Ojebar, don Matías Eiguren; y de subdiácono por don José
Olano, párroco de Ramales. Actuó de maestro de ceremonias el párroco de Marrón,
don José Diaz Vidal.
Una selecta capilla de música integrada
por cantores de la S.L Catedral, los cantantes señores Arredondo y Mata; el
organista de Ampuero, don Eustaquio Gurruchaga, y otros valiosos elementos de
Santander, interpretó de manera irreprochable la “Misa en honor de la
Inmaculada Concepción”, a tres voces, de Vicente Goicoechea, tocando el
armónium el organista de la Residencia de los Padres Jesuítas de Santander, don
Juan Arrieta.
Del sermón estuvo encargado el M.I. Sr.
D. Lorenzo Beresiartua, el cual pronunció una magnífica oración sagrada. Al
Ofertorio, el coro interpretó el “Ave María”, a cuatro voces, de Goicoechea. Al
alzar, la banda de tambores y cornetas del Frente de Juventudes local,
integrada por los camaradas José Luis Aparicio, Armando Sancho, Francisco Urra,
Francisco Olano y Antonio Aguilera, interpretó el himno nacional, siendo
acompañados al armónium por el señor Arrieta.
En la fotografía el Obispo junto al alcalde José Eloy Fernández y el párroco Julián Escalante (en la calle Abajo).
Terminada la santa misa, el Prelado,
revestido de pontifical dirigió la palabra al pueblo para agradecer a todos la aportación y el concurso que han
prestado para la erección de su nueva iglesia parroquial. Tuvo un recuerdo
especial para las ilustres familias de don Aureo Gómez Setién y de Barquín
Caller, que de manera tan espléndida contribuyeron a la obra trascendental de
dotar al pueblo de Marrón de un templo como el que acababa de ser bendecido e
inaugurado.
A las dos de la tarde, en la hermosa
finca que posee en Marrón la señora viuda de don Aureo Setien, los invitados
fueron obsequiados espléndidamente. A media tarde regresó a Santander el doctor
Eguino y Trecu, acompañado también hasta el límite del término municipal por
las autoridades locales”.
La casa de Aurelio Setien, donde se celebró el convite, es la situada en el Povedal, decorada con azulejos rosados.
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