sábado, 18 de mayo de 2013

Películas perdidas


Hoy “La Fuente de la Rana” ha sufrido un contratiempo, un disgusto, una inesperada mala noticia.
Pensé que íbamos a poder disfrutar de uno de esos pequeños “tesoros que se guardan en las buhardillas”, en este caso en forma de películas de super 8. 
Llevaba tiempo saboreándolo y pensando en pedírselas pero llegué tarde, unos cuantos años tarde.

El propietario de tal tesoro se lamenta y me dice que ya no existen las filmaciones, que hace tiempo las tiró a la basura porque ya sufrían un deterioro avanzado; estaban rotas, rayadas, húmedas, inservibles... No albergo la menor de las dudas de que es cierto y que si las hubiera conservado me las hubiese prestado. 

Es una historia que se repite, que ha sucedido otras veces, del “baúl de los recuerdos” al camión de la basura hay un paso muy estrecho.
La persona que menciono grabó imágenes de las fiestas de Ampuero de los años 60 y 70, posiblemente de la Subida Automovilística a la Bien Aparecida, de las piragüas, de la elección de las Majas y que se yo de cuantos acontecimientos más, era muy aficionado a todos esos eventos clásicos de nuestro pueblo, no vivía aquí pero venía cuando le era posible. Encierros muchos sin duda, que los grabó desde mi casa. 
 
No sabía exactamente lo que me iba a encontrar, era uno de los grandes alicientes, la ilusión por abrir la caja del regalo que ya imaginaba en mis manos o por mejor decir en mi ordenador; ¿qué sorpresas iban a depararme esas películas de super 8, qué personas, paisajes, acontecimientos  tal vez olvidados iba  poder rescatar del olvido y subir a este blog?
Supongo  que primero debía acudir a una tienda especializada para pasar del formato super 8 a digital pero asumía gustoso el coste.
Recuerdo a esta persona ejerciendo de intrépido reportero detrás de un árbol grabando la voladura de la plaza de toros, inmortalizando el último suspiro de la vieja Nogalera.

Aquella tarde regresábamos en autobús del Colegio de Limpias y paramos en Marrón, la carretera estaba cortada y todos salimos corriendo hacia el puente hasta que nos detuvo el cordón policial de seguridad, pero tuvimos ocasión de presenciar la explosión, desde lejos pero lo vimos. Y bien que recuerdo al eventual reportero apostado detrás de uno de esos chopos que en navidad cortaron frente al chalet de doña Julia. Un guardia quiso que se retirara pero él con descaro ingenioso dijo que lo habían enviado de una televisión. Lo recuerdo con detalle. Y grabó el derribo como también seguro romerías de la Bien Aparecida y San Mateo, la suelta de vaquillas, etc.
En fin, tampoco vayamos a dramatizar porque más se perdió en Cuba.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario