martes, 4 de junio de 2013

El Palacio de la Bárcena 1ª Parte

S.B

 
       Los que hemos visto a lo largo de muchos años el Palacio de la Bárcena cerrado y en el mayor abandono nos alegramos en su día de que fuese adquirido por el ayuntamiento con el fin de rehabilitarlo y destinarlo a un uso cultural.

 El ayuntamiento, presidido entonces por Miguel Ángel Garzón, compró el conjunto monumental de la portalada y torre a finales del año 2002.  En  2008 termina su rehabilitación, dirigida por el arquitecto Miguel Ángel Montes, quien señaló entonces:

 
“En la torre se han conseguido 3 plantas y buhardilla, espacios diáfanos para 3 salas de exposiciones y un archivo histórico en el bajo cubierta como biblioteca.

 La casa añadida a la Torre es un complemento útil. Se restauró su cubierta a un agua que ocultaba la Torre quitándola esbeltez. Se reformó como un tejado a 3 aguas cuyo entramado visto se incorpora al espacio de la 1ª planta dedicada a Sala de Exposiciones Audiovisuales y Conferencias. La Planta Baja es el vestíbulo de acceso, recepción y servicios, conserva en el centro un pilar de piedra en cuyo fuste luce el Escudo de la Familia Espina.

 No se ha pretendido una intervención que desentonara con la construcción primitiva. El desarrollo  de la nueva escalera se ajusta a la solución tradicional de madera.

 El pequeño recinto exterior, una mínima corralada, es recorrido por un corto camino de acceso a la Torre desde la hermosa Portalada de los Hombrones. Este conjunto queda integrado, con el Molino, en la ribera del Vallino.

 Cumplida la rehabilitación, la Torre de Espina espera su revitalización, Es la preocupación ilusionada de toda la Corporación del Ayuntamiento de Ampuero, dispuesto a desarrollar un programa de actividades culturales en tan bello edificio…”


S.B
La vieja casa-torre de los Espina o el Castillo de la Bárcena como era más popularmente conocido se trata con probabilidad del edificio civil más antiguo y emblemático de la localidad, declarado como “Bien de Interés Cultural”. Se supone que allí se alojó Carlos V la noche del 6 de junio de 1556 cuando se dirigía a su retiro en Yuste. Albergó durante muchas generaciones a los miembros de un influyente linaje en la comarca: los Espina, que fueron propietarios de navíos, de molinos y ferrerías y de otras casas y negocios.

 Mucho podríamos contar sobre el Palacio de la Bárcena; de los maceros de aspecto fiero que custodian su artística portalada; del conjunto arquitectónico que incluía murallas, patio de armas, capilla gótica, etc; de leyendas e historias reales sobre crímenes, tormentas e incendios.

 Respecto a estas leyendas pronto incorporaré al blog una muy poco conocida escrita en México en 1949, que aunque narra el famoso asesinato de la dueña del palacio y del capellán a manos del celoso esposo, incorpora nuevos elementos narrativos.

 Y por cierto también tengo una referencia bibliográfica que afirma que sí pernoctó aquí el Emperador. Pero sin investigar a fondo debe cogerse entre palillos. 

 No nos desviemos del tema, decíamos que bien estuvo que se salvara el Palacio de la ruina pero hoy transcurridos ya años de su restauración: ¿Qué ocurre con el edificio? ¿Por qué no se inaugura? ¿Van a llenar su interior con algún contenido interesante para poder ir a visitarlo?

 En la planta baja se han llevado a cabo durante el pasado mes de mayo todos los viernes unas jornadas culturales, organizadas por la “Asociación Emporium”. Hace unos años incluso hubo un concierto de piano, y hasta se han celebrado bodas, por lo tanto podemos decir que inaugurada la Torre más o menos sí está.

 
 
                                                                                                                                                             S.B
Pero el resto de las plantas aún no se encuentran abiertas al público. Parece ser que por falta de seguridad: “ya que no hay garantías del peso que pueden soportar los suelos”.

 Tenemos que pensar entonces por lógica que la rehabilitación no  llegó a buen fin, no consiguió cumplir el propósito deseado.

Sin embargo “me informan” que en el círculo de arquitectos  regionales se opina que fue una actuación modélica, cuidada y respetuosa con el valor patrimonial de la Torre. 

  Pero algo ha fallado sin duda para que después de meses se publicara en la prensa lo siguiente:

 “El Ayuntamiento de Ampuero deberá reforzar la estructura de la Torre de Espina para su uso como museo, después de que los técnicos comprobasen su estado. La torre debía haber abierto sus puertas el pasado verano tras ejecutarse el proyecto de musealización. El alcalde de Ampuero, Patricio Martínez, manifestó su intención de dar continuidad al proyecto intentando habilitar una partida en el presupuesto de 2012 para destinarla al mismo fin con el que el edificio fue rehabilitado”

 

 "Realización de trabajos en el interior dirigidos por el arquitecto Miguel Ángel Montes". Foto extraída del libro: La Torre de Espina. Rehabilitación"
 
A estas alturas ignoro en que punto de solución se halla el problema, me temo que aún falte tiempo y dinero.

 Y pienso que lo que ocurrió en la rehabilitación fue que se llevó a cabo con la idea de preservar lo más posible la estructura original de la torre, utilizando cuantas más piedras y maderas propias; pero no se realizó un trabajo para que en el futuro pudiera albergar  de manera permanente paneles, vitrinas y materiales diversos,  pesados y, además la visita de grupos de personas.

Posiblemente falló la comunicación entre el arquitecto y los gestores municipales explicando el uso al que iban a destinar las  cuatro plantas de la torre, que por cierto son más amplias de lo que parece desde el exterior y conforman un espacio ideal para un museo, archivo o lo que Dios quiera en su día.

 De momento como hemos señalado hay disponible una sala con proyección de imágenes donde  están cómodas una treintena de personas más o menos. Pero la planta baja  da más de sí y contiene un espacioso vestíbulo.  

Hace unos días me comentaba un conocido que a Ampuero en cuestión de obras parecía que “lo había mirado un tuerto”. Y enumeró los casos del Puente Pequeño, el adoquinado de las calles, la reforma del Ayuntamiento, la interminable rehabilitación de la iglesia y el Palacio de la Bárcena.  También recuerdo que citó la zona de tiro del pasabolo y no sé qué  otra cosa más, que mejor olvidar.

  Y ya de postre me dejó caer : “Hay rumores de que la plaza de toros tampoco está como para muchas alegrías”.  

 Regresando al Palacio de la Bárcena da pena ver la situación en la que se encuentra pues hay instalados ya dentro de sus muros unos cuantos paneles y unas vitrinas con contenido museístico. Eso ocurrió en el mandato de Nieves Abascal.

 Es decir que se ha invertido esfuerzo y dinero de momento  inútilmente: “Se quiso vender la piel del oso antes de cazarlo”.

 Con un poco de optimismo “si el mal de ojo" escampa y los regidores de esta Villa se esfuerzan en que escampe, podemos imaginar en el futuro que ya estén disponibles las cuatro plantas de la torre, que ya  podemos ir a visitarlas. Y que abran las puertas para subir hasta lo más alto a cualquier persona independientemente de su peso e influencia sin temor a que el “chiringuito” se venga abajo.

 Pero antes también se tendrá que tomar una serie de decisiones importantes.

 

¿DE QUÉ CONTENIDO OCUPAMOS EL PALACIO DE LOS ESPINA?        

 

“La Fuente de la Rana” tratará este tema en una segunda entrega lo antes posible.

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