EL BATALLÓN DE VOLUNTARIOS REALISTAS DE AMPUERO
Por ella
podemos ver el estado de ánimo, las condiciones morales y el temple de nuestros
hombres de ayer para hacer el paralelo con los de hoy. La mayor antigüedad que
alcanzan los sellados como voluntarios realistas de la 6ª compañía; arranca del
año 1823, fecha en que debió de formarse el Batallón de Ampuero correspondiente
a la 5ª Brigada que mandaba don Joaquín de Castillo y Bustamante, brigadier que
residía en Santander. Este bravo General que tanto se hizo notar por su valor,
peleando contra las huestes intrusas de Napoleón durante la guerra de la
Independencia, es a juicio del cronista padre del primer conde de Bilbao don
Joaquín de Castillo Gil de la Torre; Teniente General procedente del Cuerpo de
Ingenieros que ganó para sí aquel título honorífico y el de invicta villa para
Bilbao, por la defensa que hizo el año 1875, sosteniendo con tesón espartano el
espíritu liberal y las posiciones que se
les confiaran, después de estrecho bloqueo y privaciones sin cuento debidas a
las huestes del Carlismo cuyos intentos de apoderarse de la villa quedaron
fustradas por segunda vez.
El Capitán
de la 6ª don Francisco de Ochoa, también
era natural y residente en Gibaja, noble y emparentado con don Ambrosio Ochoa.
De Gibaja era lo que podemos llamar la plana mayor del Batallón y Compañía de
voluntarios de Ampuero, el sargento 1ª D. Rafael Crespo y el tambor don José
Alvarado y las demás clases (no había tenientes y subtenientes) eran de
Rasines, Cereceda y Ojebar.
Se reunían
los domingos en el campo de Parayas (hoy pradera de los Santos Mártires donde
radica la casa del Concejo) a recibir instrucción militar, asamblea y revista
de inspección, toda la compañía en el collado de Limpias y Laredo, en donde,
según cuenta escrupulosa y recibos al efecto, prueban que el gasto de
movilización de toda la compañía costaba un real (ocho cuartos) correspondiente
a un cuartillo de vino y un cuarterón de pan por cada voluntario Realista.
Por una conducción a Santander (de treinta mil reales
vellón) que hizo el Cajero y Capitán de la sexta señor Ochoa, previo recibo y
certificación expedida por el Escribano Real y Capitán de voluntarios Realistas
de Ampuero, don Sebastián Camino, cargo dicho Capitán la enorme suma de ciento
sesenta y un reales vellón correspondiendo 77 reales el gasto personal de Capitán,
con su caballo en tres días; 24 al Sargento, a cinco reales por día, y a cuatro
voluntarios a razón de una peseta diaria a cada uno”. (continuará)
En Octubre de 1833, desde Gibaja, Ambrosio Órtiz de Gordón escribió una proclama que circulo por la provincia y que comenzaba de la siguiente manera. ¡Cántabros!.¿Desmereceís ahora este ilustre nombre?.....
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