FELIZ ENLACE
“Nos aseguran que en
breve se verificará el enlace de una simpática señorita de esta villa, con un
culto profesor de Instrucción primaria, de un pueblo inmediato, correspondiente
a este Ayuntamiento.
Les anticipamos nuestra
enhorabuena”.
La respuesta
“Con la natural
sorpresa y con el disgusto propio de quien se ve inculpado de faltas no
cometidas, publicamos a continuación la carta recibida de nuestro, hasta hoy,
querido amigo y distinguido colaborador D. Anacleto Mateo Cabeza, tratando
luego de rectificar, como nos pide, imaginarias faltas de respeto y
consideración hacia quien siempre nos ha merecido, toda la consideración y todo
el respeto de que es digno. Dice así la antedicha carta:
Sr Director de Luz
Cántabra. Ampuero
Muy señor mío y de mi mayor
consideración: En el último número de su ilustrada revista, he visto con gran
sorpresa y desagrado una noticia, que por aludirse a mí y estar desprovista de
todo fundamento de verdad, faltándose en ella al respeto y consideración que se debe
guardar a toda persona, y mucho más a quien por razón de su cargo y educación
procede siempre con seriedad en todos sus actos, me apresuro a desmentir por
hoy la susodicha noticia reveladora de una falta de discreción en sus autores,
o una guasa de mal tono, por mí no permitida, desautorizándole a V. y a sus mal
informados reporters a publicar noticias de tal índole, que a mí se refieren,
sin que previamente yo les autorice para ello.
En espera de que V. se
apresure a la rectificación de tal noticia, y de cabida a las presentes líneas
en el periódico de su digna dirección, dándome al propio tiempo de baja como
suscriptor del mismo, se ofrece de V. atento y S. S. q. b.s. m.
Anacleto Mateo Cabeza. Udalla 26 de julio 1911
Para que el lector imparcial juzgue de la razón que pueda
asistir a don Anacleto Mateo Cabeza para mostrarse de tal modo ofendido que, tras de increparnos duramente nos pide
le demos de baja como suscriptor de nuestro modesto semanario, recordaremos la
alusión que a dicho señor hacíamos en nuestro pasado número.
Decíamos que en el inmediato pueblo de Udalla se habían
verificado los exámenes en las escuelas regidas por la distinguida profesora Dª
Luisa Castanedo y por nuestro querido amigo y colaborador D. Anacleto Mateo
Cabeza.Creemos que en esto no puede haber ofensa teniendo en cuenta que el pueblo de Udalla, es inmediato, que las escuelas son regidas por dichos señores, que si D. Anacleto Mateo Cabeza rechaza hoy,- por motivos que nos son incomprensibles,- nuestra amistad, hasta ahora nos hemos honrado con la suya, y que ha sido nuestro colaborador, pues algo hemos publicado bajo su firma, con la que autoriza el original que nos remitió, acompañado de atenta carta que conservamos.
Estos extremos son todos verdaderos y nos parece que no dan
lugar a ofensas.
Decíamos también que
los ejercicios fueron brillantísimos y que terminaron con un precioso canto a
la enseñanza entonado con gusto y afinación. Si a él le pareció otra cosa, le
pedimos disculpa por nuestra falta de oído y nuestro desconocimiento del arte
musical.Felicitábamos, por último, a los distinguidos maestros y les deseábamos triunfos constantes en el camino de la cultura, que es el que mejor puede hacer la felicidad de los pueblos.
¿Hay en esto motivo para molestarse? Se los deseamos muy de
veras, en serio, no en guasa, y nos afirmamos en que la cultura contribuye más
que nada a la felicidad de los pueblos.
¿En qué ha visto, pues, D. Anacleto Mateo Cabeza motivo
para dirigirnos la carta que antes publicamos?
En cuanto a su baja, como suscritor tomamos nota de ella
quedando así complacido. Por lo demás, como los repórters faltos de discreción
a quienes desautoriza nuestro ilustre comunicante, fuimos nosotros mismos, y
estamos ciertos de la veracidad de la información, que podrán también acreditar
las distinguidas pesonalidades cuyos nombres publicamos, nos parece poco seria
la desautorización del Sr. Mateo Cabeza y aún creemos que podemos prescindir de
su autorización para tratar asuntos de dominio público.
Ahí queda nuestra rectificación; si no satisface al
reclamante, le rogamos muy
encarecidamente concrete el motivo de su enfado para que con toda lealtad le
demos cuantas satisfacciones nos exija y nosotros podamos dignamente darle.
La Redacción
Nueva carta
En contestación a nuestro artículo del número pasado que
encabeza el mismo epígrafe que encima de estas líneas, hemos recibido la
siguiente carta que en verdad nos ha sorprendido.
Muy señor mío y de toda mi consideración: Si sorprendido me
vi al leer en su ilustrado semanario la noticia que dio origen a mi carta del
26 del corriente, no fue menor mi sorpresa al ver que Vds han interpretado
torticeramente mi carta, suponiendo que en ella aludía a la reseña que ustedes
publicaron de los exámenes de las escuelas públicas de esta localidad. No,
señor Director; lea V, detenidamente mi
carta, y se convencerá de que no me refería a la reseña ya mencionada, de la
que solo agradecimiento puede tener para con V. inserto en la 3ª página del
mismo número de su semanario en que se publicó la reseña de los exámenes, cuya
noticia que usted pretende ignorar, decía literalmente lo que sigue:
“Nos aseguran que en breve se verificará el enlace de una
simpática señorita de la villa con un culto profesor de Instrucción primaria de
un pueblo inmediato, correspondiente a este Ayuntamiento. Les anticipamos
nuestra enhorabuena”.
No creo que yo vaya extraviado al darme por aludido, pues
las señas no pueden ser más claras, y créame el Sr. Director que no me hubiera
dado por ofendido si para dar la noticia hubieran obtenido consentimiento de
las partes interesadas; tratándose como se trata de un asunto de dominio
privado y no siendo cierto que dicho enlace esté ya concertado.
Eso, Sr. Director, en buen castellano, es obrar con cierta
ligereza y meterse donde no le llaman.
El lector imparcial podrá ver la razón que me asiste para
desautorizar a V. y a sus reporters sobre este asunto concreto, y espero
que en esa redacción sabrán leer lo que
con claridad meridiana queda expuesto para que no se extravíen en la
interpretación, yendo a parar a los cerros de Úbeda. Doy por concluido este enojoso asunto, en el que, como parte interesada, aunque contra toda mi voluntad, me he visto obligado a intervenir, y se reitera de V. affmo y s.s.q.s.m.
Anacleto Mateo Cabeza. Udalla 31 de Julio de 1911.
Por la cultísima y
respetuosa carta que arriba insertamos, creerán nuestros lectores que en este
Ayuntamiento no pueden encontrarse en condiciones de contraer matrimonio, otro
personaje que no sea don Anacleto Mateo Cabeza.
Pero por esta vez se ha
equivocado don Anacleto; no teníamos el gusto de conocerle ni sabíamos que se casaba, pero ya que ese Sr. quiere
que el público se entere de sus relaciones amorosas y de sus futuros proyectos
de casamiento, le damos gusto sin cobrarle lo que debíamos exigirle.
Que nos lo agradezca don Anacleto y
que no se equivoque otra vez, porque en lo sucesivo no haremos caso de los
señores que pretendan popularizarse, y darse a conocer tomando como pretexto
bodas futuras.
En nuestra noticia nos referíamos a
otro profesor de Instrucción pública no menos culto y más conocido que don
Anacleto Mateo Cabeza. ¿Entiende V. don Anacleto?
La Dirección.
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