El pasado día 10 de agosto, en
el suplemento del Diario Montañés (Laredo-Asón) se leía la encuesta:
¿Qué le
parece que se promocione las fiestas de Ampuero a través de un video?
Dio la casualidad que las
encuestadas eran todas mujeres y coincidieron en señalar que les pareció buena
iniciativa. Argumentaron que las fiestas:“…debían
coger el auge perdido”, “las fiestas han ido a menos y hay que trabajar para
que vuelvan a ser lo de antes”, “las fiestas han perdido al igual que el
pueblo”, “se ha perdido el espíritu de
antes”, “mucha gente ya no viene como lo hacía hace años”.
¿Ocurrirá eso también en las
fiestas de otros pueblos y ciudades desde que azota la crisis económica?
En aquellos “años dorados”, ni existía el Desembarco de
Carlos V, ni las Guerras Cántabras, ni se celebraban tantos conciertos de
música, ¿ha podido influir que existan otras alternativas de ocio?
¿Seguirá atrayendo a los
jóvenes el modelo de nuestras fiestas?
Y si por el contrario las
fiestas gozaran de buena salud, que únicamente se han visto mermadas por la
situación económica de una manera comprensible y esperemos que pasajera, y como
el año pasado llovió tal vez se recuerde que se suspendieron actos festivos y
que mucha gente, por el motivo del mal tiempo no vino.
Pero que el pueblo sigue fiel a su fama de organizar fiestas con mucho éxito.
A Ampuero tampoco volverán
aquellos años dorados de la pesca del salmón, de los piragüistas alemanes y del
NODO, de la presencia del príncipe de Bragatión y Juan Fernández. Tampoco
regresarán los mercados ganaderos del primer sábado de mes cuando los
forasteros invadían los comercios y los establecimientos hosteleros, que no
daban abasto para dar de comer y beber a tantos.
Ya digo, cada uno puede sacar
de la chistera las cenizas de un pasado perdido.
Y a las jerarquías
correspondientes les toca diagnosticar y operar cuanto sea necesario.
Creo que si no se hace nada es cuando nada puede cambiar, ni volver a ser como antes. Y es que las cosas no tienen que ser como fueron, pueden incluso mejorar. Cualquier iniciativa que se tome debería ser apoyada, no sólo vale quejarnos sin hacer nada.
ResponderEliminar¿Por qué han ido a menos? Por el paulatino y continuo cierre de bares y lugares de "esparcimiento". Antes la zona de fiesta iba desde la discoteca La Paloma (el bar de la presa ya pillaba más lejano) hasta la plaza de toros, y hoy simplemente `llega hasta el ayuntamiento. "El Perdigón", el bar Tino, "La Paloma", el Boulebard, el Naxos,...pasaron a mejor vida.
ResponderEliminarTambién está el factor de que "a nuestro parecer cualquier tiempo pasado fue mejor", y que no volveremos a tener la edad que teníamos en aquellos tiempos.