La Banda municipal recorrió las calles de la villa tocando escogidas piezas de su selecto y vasto repertorio, celebrando la concesión del encauzamiento del río Asón, tan necesario para este pueblo.
Una gran
muchedumbre invadió la Casa Consistorial, siendo su amplio salón reducidísimo
para tan gran número de personas, a las cuales dirigió la palabra el culto
médico de la localidad don José López, haciéndoles ver la gran obra que sin
miramiento de partidismos, se ha conseguido de los Poderes públicos en
beneficio de Ampuero por la Corporación que le representa y de una manera
especial por su alcalde, que nunca cejó en su empeño de conseguir grandes
mejoras para el pueblo que representa, como tenemos a la vista ahora la
importancia del encauzamiento del río Asón y otras muchas que no hace el caso
recordar, por estar bien grabadas en la mente de todos.
El público
aplaudió con entusiasmo al señor López y pidió que saliera el alcalde para
felicitarle por su gran labor. Al aparecer éste en el salón fue largamente
aplaudido, lo que agradeció con estas palabras:
“El acto
celebrado en mi obsequio lo agradezco en el alma. Vine a esta Alcaldía –dice-
porque vosotros me obligasteis a ello en manifestación que nunca se borrará de
mi memoria, por lo mucho que me honró. Continué en ella y seguiré hasta que en
breve sea sustituido, y durante este tiempo siempre puse todo mi poco valer en
beneficio de este querido pueblo, que asímismo, me honró nombrándome hijo
adoptivo del mismo, sin merecimientos para ello.
Lo que he
podido hacer por el bien patente está, y sólo me aflige la pena de que, al despedirme
de vosotros ahora, no haya podido, por la fuerza de las circunstancias,
concluir todos los proyectos que a la Corporación de mi presidencia tenía
pendientes, para que Ampuero hubiera llegado a ser una villa de las más
importantes de esta provincia.
No
porque como alcalde, me aleje de
vosotros, quiere decir que, como particular, no me tengáis a vuestro lado, pues
lo estaré siempre para en la medida de mis fuerzas, cooperar a su prosperidad y
brillo, rogándoos ahora que os disolváis dando un ¡viva Ampuero! El público
atendió los ruegos expresados por el alcalde.
El corresponsal. El Cantábrico.
18-2-1930
No hay comentarios:
Publicar un comentario