EL RINCÓN DE GARPER
TIEMPOS
PASADOS FUERON MEJORES PARA LA PESCA DEL SALMÓN
Codiciado y cotizadísimo pez, el salmón. ¡Quién lo iba a decir! Cuentan que en tiempos lejanos era tal la abundancia de salmones que los criados exigían a sus señores no les diesen salmón en las comidas más de dos o tres veces por semana.
A lo largo de siglos, el Asón ha sido un río
salmonero por excelencia. Las capturas, mediante el uso de empalizadas,
botrinos y redes, fueron en el pasado excelente fuente de ingresos para
ayuntamientos y ribereños. La historia de la pesca del salmón llena muchas
páginas; así lo pudimos comprobar hace cuarenta años, cuando pasamos un año
investigando sobre Ampuero en la Biblioteca Menéndez Pelayo y en el Archivo
Regional. Nos llamó mucho la atención el magnífico libro de Pedro de Josué
Mendicuague: “Las regalías salmoneras”. Desde 1995 contamos con “La llamada del
Asón”, excelente libro del periodista, escritor y buen amigo, Santiago Brera. A
estas dos fuentes podemos recurrir cuando se nos planteen curiosidades del Asón
y del salmón.
En cuanto a sus capturas, según la tabla
homologada desde el año 1949, el número más alto se alcanzó en 1959 con 1541
salmones y el más bajo, en 1982 con tres ejemplares.
¿Y el salmón de más peso? El 4 de abril de
1963, Manolo López capturó uno de 14,750 Kgrs. que en la foto de Teresa Marugán
vemos sostenido por Manolo y su esposa Alicia. El cronista, que recuerda
perfectamente aquel momento, se emociona al ver en la escena costumbrista de
Marugán, a su abuela Teria González, arriba a la izquierda, observando la
escena histórica ampuerense.
Es curioso; en la década de los sesenta del
siglo pasado, conocida como la década prodigiosa en muchas facetas, también fue
una década de oro en el mundo de la pesca del salmón, donde destacaron muchos
ribereños. Por citar algunos traemos a dos que sobresalieron en el ambiente del Asón: Juan Mollinedo Ortiz, “el Pesquín”
y Cundo Ateca.
Cundo y Juanito formaron, durante aquellos
años de esplendor, un “tanto monta, monta tanto” en el arte de la pesca del
“salmo salar” en aguas del Asón. Y con ellos, una pléyade de buenísimos
pescadores que hicieron historia y grande la práctica deportiva de la pesca del
pez rey de los ríos. Que este entrañable recuerdo sea el mejor homenaje para
todos con el inolvidable guarda Taquio a la cabeza.
Aunque estemos en tiempos de “cupos de pesca”
brindemos por la nueva campaña y brindemos también por los tiempos que los
restaurantes: Casa Colorada; El Pozo (también conocido como Bien Aparecida de
la familia Fernández); La Parra y Sarabia hicieron grande la gastronomía en
Ampuero con el suculento salmón. Tanta fue la fama que se enraizó profundamente
el refrán: “Para comer buen salmón, ha de ser del río Asón”.
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