miércoles, 17 de junio de 2015

Pesca de Salmones en tiempos pasados. Garper


EL RINCÓN DE GARPER
 
TIEMPOS PASADOS FUERON MEJORES PARA LA PESCA DEL SALMÓN

 Hoy se ha levantado el telón de vedado en los ríos salmoneros de nuestra geografía. Entre ellos tenemos a nuestro Asón, el río más salmonero de Cantabria. Ahora se inicia la temporada con más de un mes de tardanza, ya que era costumbre empezarla en el mes de marzo con el comienzo de la primavera.
La pesca del salmón ya no suscita tanto revuelo como antaño, pues tiempos pasados fueron mejores. Poco a poco ha desaparecido la simpática tradición de pasar la noche de la víspera de la apertura, con los ribereños velando armas en las márgenes del Asón.
Codiciado y cotizadísimo pez, el salmón. ¡Quién lo iba a decir! Cuentan que en tiempos lejanos era tal la abundancia de salmones que los criados exigían a sus señores no les diesen salmón en las comidas más de dos o tres veces por semana.

   A lo largo de siglos, el Asón ha sido un río salmonero por excelencia. Las capturas, mediante el uso de empalizadas, botrinos y redes, fueron en el pasado excelente fuente de ingresos para ayuntamientos y ribereños. La historia de la pesca del salmón llena muchas páginas; así lo pudimos comprobar hace cuarenta años, cuando pasamos un año investigando sobre Ampuero en la Biblioteca Menéndez Pelayo y en el Archivo Regional. Nos llamó mucho la atención el magnífico libro de Pedro de Josué Mendicuague: “Las regalías salmoneras”. Desde 1995 contamos con “La llamada del Asón”, excelente libro del periodista, escritor y buen amigo, Santiago Brera. A estas dos fuentes podemos recurrir cuando se nos planteen curiosidades del Asón y del salmón.
 
 
Llaman la atención algunas cifras, salpicadas a través de los años, del precio de este pez tan especial. Así, en el año 1522 una unidad costaba 200 maravedís; en 1758, la libra iba a tres reales; en 1905, el kilo estaba a 3 y 4 pesetas; en 1930, a 10 pesetas kilo; en 1952, rondaba entre 100 y 120 pesetas el kilo; en 1969, a 500 pesetas el kilo y en 1973 estaba en 1000 pesetas. En 1992, por “el campanu del Asón” (primer salmón de la temporada) capturado por el ribereño Bautista González, con un peso de 4 kilos se pagaron 107.300 pesetas…

   En cuanto a sus capturas, según la tabla homologada desde el año 1949, el número más alto se alcanzó en 1959 con 1541 salmones y el más bajo, en 1982 con tres ejemplares.

   ¿Y el salmón de más peso? El 4 de abril de 1963, Manolo López capturó uno de 14,750 Kgrs. que en la foto de Teresa Marugán vemos sostenido por Manolo y su esposa Alicia. El cronista, que recuerda perfectamente aquel momento, se emociona al ver en la escena costumbrista de Marugán, a su abuela Teria González, arriba a la izquierda, observando la escena histórica ampuerense.

   Es curioso; en la década de los sesenta del siglo pasado, conocida como la década prodigiosa en muchas facetas, también fue una década de oro en el mundo de la pesca del salmón, donde destacaron muchos ribereños. Por citar algunos traemos a dos que sobresalieron en el ambiente  del Asón: Juan Mollinedo Ortiz, “el Pesquín” y Cundo Ateca.

   Cundo y Juanito formaron, durante aquellos años de esplendor, un “tanto monta, monta tanto” en el arte de la pesca del “salmo salar” en aguas del Asón. Y con ellos, una pléyade de buenísimos pescadores que hicieron historia y grande la práctica deportiva de la pesca del pez rey de los ríos. Que este entrañable recuerdo sea el mejor homenaje para todos con el inolvidable guarda Taquio a la cabeza.

   Aunque estemos en tiempos de “cupos de pesca” brindemos por la nueva campaña y brindemos también por los tiempos que los restaurantes: Casa Colorada; El Pozo (también conocido como Bien Aparecida de la familia Fernández); La Parra y Sarabia hicieron grande la gastronomía en Ampuero con el suculento salmón. Tanta fue la fama que se enraizó profundamente el refrán: “Para comer buen salmón, ha de ser del río Asón”.

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