Los hermanos Romanillo
Los hermanos Tarsicio y Bernardo
Romanillo vivían juntos en Cerbiago pero
la convivencia entre ellos nunca resultó fácil y a decir de los vecinos
cada año se deterioraba. Se comentaba en
el pueblo que discutían mucho y que fue la política la que terminó de envenenar
su relación.
Tarsicio era muy de derechas, votaba al pepé, pero decía que se
tapaba la nariz al introducir la papeleta en la urna, porque él lo que ansiaba
es que gobernara un nuevo Franco o Mussolini: “para ordenar el gallinero”.
Bernardo en cambio comulgaba con la extrema izquierda.
Frente al televisor todas las noches se
daban violentos manotazos por conseguir el mando a distancia y poner sus
canales favoritos, a gritos debatían las noticias y se insultaban con una
hostilidad que nada bueno presagiaba.
Todo empeoró el día que Bernardo fue
elegido en la asamblea local como cabeza de fila de Podemos para la alcaldía de
Ampuero. Tarsio nunca se lo perdonó.
La tarde que intervino Bernardo en
el mitin en la plaza mayor no cabía un alfiler, vinieron autobuses de
muchos pueblos cercanos y periodistas de la capital e incluso unos reporteros italianos; y es
que nadie quería perderse ver en el quiosco a los siameses Romanillo, unidos de
cintura para abajo, compartiendo desde su nacimiento tantos órganos en común
pero tantas diferencias ideológicas.
Del libro "Las angulas del Malvecino y otros cuentos"
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