sábado, 1 de octubre de 2016

La Romería de las Nieves, por Garper

LA ENTRAÑABLE ROMERÍA DE LAS NIEVES
Durante muchos años del siglopasado,Ampuero mantuvo la clásica “bajada de las Nieves” organizada e impulsada por Mero Pacheco. El próximo miércoles, 5 de agosto serán muchos los romeros de Ampuero que acudan a la romería de Las Nieves, siguiendo la tradición que nos viene de siglos atrás.
En la foto de Matas del año 1965, vemos a unos romeros ampuerenses entre ellos a nuestro amigo Jesús, autor de este artículo.
Somos tantos los ampuerenses que acudimos a la llamada de la Virgen, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Nieves, que en la cuarta estrofa del himno dedicado a la Virgen con música del Ave de Fátima dice: “De Ampuero, fervientes,/ llegan los romeros,/ los pechos ardientes/ ansiando de veros…/ AVE, AVE, AVE MARÍA…
Nuestro buen amigo, el antropólogo José Eloy Gómez Pellón, en su magnífica conferencia, “La Virgen de las Nieves de Guriezo: La fiesta y el rito”, impartida este año con motivo de los actos del 50 aniversario de la fundación de la Cofradía, entre otras cosas nos dijo:
“La fiesta de la Virgen de las Nieves de Guriezo viene a ritualizar, en primer lugar la existencia de una vieja división territorial, convirtiéndose en recordatorio de la misma. La celebración que ha tenido lugar año tras año, a lo largo de los siglos, ha servido para unir a los habitantes de aquellos contornos alrededor de un promontorio, como es el representado por el castro que allí se levanta, cuya ermita constituye la expresión religiosa de una realidad geográfica. Al mismo tiempo, la fiesta ha servido para unir en comunión a las gentes de los valles inmediatos que de este modo han podido renovar una unidad, año tras año a lo largo de los siglos, haciendo de este día de fiesta una jornada de convivencia capaz de aliviar en otro tiempo las tensiones derivadas del aprovechamiento de los pastos limítrofes, de la leña y, en suma de la producción de un entorno donde confluían distintos espacios comunales.”
Desde hace muchos siglos, cada 5 de agosto, devotos de Guriezo, Ampuero, Rasines y demás pueblos cercanos acuden a postrarse a las plantas de la venerada imagen de Nuestra Señora de las Nieves. Muy de mañana los romeros inician su ascensión, desde los distintos puntos de Guriezo y pueblos cercanos, hasta el alto picacho de 778 metros de altitud. Suenan bombas y cohetes; las vacas monchinas se alejan asustadas de las inmediaciones del pico. Aunque desde el año 1994, la carretera permite el acceso hasta El Toril y, lógicamente, son muchos los que hacen uso del automóvil, todavía hay romeros que suben serpeando las duras pendientes que nos llevan hasta la ermita.
La subida tradicional de Guriezo se hace por Landeral – el barrio más cercano a Las Nieves – para pasar luego por Espanza, hacer un pequeño descanso en la fuente de La Mormaza, atravesar Calleja Salces y pronto en la Casa de la Virgen, donde los caminantes se juntan con los que suben por Hoyomenor. De aquí hasta El Toril, con la mirada puesta en lo más alto, la serpiente multicolor avanza con esfuerzo llevadero, con
la ilusión de estar cada vez más cerca. En El Toril una pequeña parada para respirar profundo y recuperar fuerzas y, con alegría, a salvar la última pendiente por el sendero, con algunos peldaños en la roca caliza.
Los de Ampuero suben por Rascón, otros por Regada, en crecido número y por La Rasa, salvando el Alto de Lodos, aparecen los de Rasines y Ojébar; también se unen los de Carranza, que vienen por el barrio carranzano de Ranero.
Llegan a la ermita, empiezan las misas y el serpenteante sendero es un incesante hervidero de devotos que llegan a los actos religiosos y otros que bajan hacia El Toril. Más tarde la Misa Mayor con la participación de varios sacerdotes. Llega el momento culminante con la procesión de la Virgen, portada en las andas, en derredor de la ermita. Al finalizar la procesión, antes de entrar en la ermita, se pone en el rellano de las escaleras de la puerta lateral la Virgen, mirando hacia el valle de Guriezo y se canta con fervor la Salve.
Llega la hora de comer y la muchedumbre se desparrama buscando asiento y sombra por tan maravillosa y bravía naturaleza. La tortilla, los pimientos y el filete empanado, acompañados de, la siempre familiar bota de vino, entran en escena. Y como después de la panza viene la danza, en el Toril se irradia alegría. Transcurre la romería en sana alegría hasta que llega la hora de la retirada. Y si los de Guriezo bajaban por Landeral, donde hacían parada para echar unos bailes, los de Ampuero se agrupaban en el depósito del agua, en La Bárcena, y desde allí en tamborrada, agarrados de la mano, hacían la entrada hasta en casco de la villa al son de la música y las típicas canciones. Esta clásica “bajada de las Nieves” tuvo sus años de esplendor con “Mero Pacheco”, organizador e impulsor de la misma. Y aunque la Virgen de las Nieves es la Patrona de Guriezo, los de Ampuero, que desde siglos mantienen una excelente relación con los guriezanos, permanecen fieles a la llamada de esta entrañable romería. Y el cronista recuerda a tres romeros que todos los años subían a la romería: Chelín, Liano Sarabia y el maestro don Dionisio García y de una manera especial a su madre, Lola, que le metió una gran devoción a la Virgen de las Nieves.

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