miércoles, 26 de julio de 2017

El Cementerio de Ampuero 2. Sin desperdicio.


“… En primer lugar, se hace necesario decir que me parece poco en armonía con la severidad de un cementerio el que se permita que el sepulturero tenga plantado en el interior de dicho recinto toda clase de hortalizas, como nabos, berzas, ajos, guisantes, etc etc.






Y no sólo ha plantado dichas hortalizas alrededor de las paredes, sino que en el centro, encima de sepulturas no muy viejas, campean buen número de ellas; y hasta el sitio destinado para el entierro de los que mueren sin bautizar, está invadido de plantas; y todo lo cual habla muy bajo a favor del encargado o encargados de conservar el orden en dichos recintos. Y aún podría pasar todo eso, sino hubiera otras cosas de mayor trascendencia. En dicho cementerio no se lleva un registro de entradas; (de salidas creo que no haga falta) ni se numera, como debe hacerse, las sepulturas, con objeto de poder hallar fácilmente los restos de cualquiera al ser reclamados por algún pariente del muerto.
Y sucede que como la memoria del enterrador por buena que sea no puede conservar el recuerdo de donde están enterrados todos los cadáveres que entran en cinco o seis años, cuando va a reclamar los restos para transportarlos a un panteón o cosa así, no sabe si los que le dan son los que ha pedido o los de cualquiera otro a quien no ha conocido en su vida. De huesos a huesos poca diferencia habrá pero eso no es lo que debe ser.

Y vamos con la tercera parte. Ustedes sabrán sin duda, la profundidad que tienen que llevar las fosas ¿verdad? Pues yo no lo sabía; pero asistí a un entierro y tuve el capricho de medir una, cinco minutos antes de bajar el ataúd… y tenía… 0,85 metros de profundidad que descontado el alto del féretro pueden formarse una idea de la altura que quedaría desde la tapa de ataúd hasta la superficie de la tierra. Ya se yo que el dignísimo cura párroco y el señor Alcalde están conformes en que el cementerio reúne todas las peores condiciones posibles; pero no basta tener conciencia de los defectos; hace falta que, sin dilación, se busque un sitio bastante más alejado del pueblo para construir un nuevo cementerio con todas las de la ley, y se ordene la inmediata clausura del que hoy existe. No sirve que al presente se le quiera hacer durar más tiempo; pues si por desgracia llegase a invadir la villa una epidemia, fíjense que no hay un palmo de terreno en el cementerio actual donde, para poder enterrar uno, no se encuentren restos que debieran permanecer un par de años más bajo la tierra. Y no quiero decir nada del peligro que mayormente en verano, supone  dicho cementerio en el sitio en que está instalado, porque eso de la higiene y salubridad pública, es una cosa secundaria, que no merece la pena de pararse a defenderla.
Un vecino. Ampuero 12-4-1902. (El Cantábrico)

Este artículo de opinión de hace ya tantos años "no tiene desperdicio", nos sirve para averiguar más cosas de nuestro pueblo, yo siempre repito la misma idea: La historia de Ampuero es como un puzzle gigante que con el paso del tiempo se van encontrando más piezas.


 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario