No nos referimos a las cacas caninas, que parecían haber remitido pero en esta última semana los ciudadanos han comprobado con estupor, que ha sido la de "arda Troya". No se cuáles habrán sido los motivos para que estos perros con la entrada de la primavera anden con tal soberbia que no hayan dejado una acera, un soportal, una plaza sin abonar con avaricia. Hoy nuestro asunto nos lleva a otro tiempo y otra cuestión, al año 1934, entonces había un periodista en el pueblo que trataba de mirar un poco por la buena imagen de Ampuero, por su higiene y su porvenir.
"Después de lo que hace algunos días dijimos en estas mismas columnas sobre ciertos portales de centro de la villa, en que existen "borciles" como en las aldeas más atrasadas e insignificantes, parece que la Alcaldía, atenta a nuestro ruego, dispuso que la guardia municipal hiciera una salida, visitando las casas más "sospechosas" para denunciar aquellas en que fuesen hallados cerdos u otra clase de ganados. El "raid" no dejó de dar su resultado, de acuerdo con lo que nosotros afirmábamos".
José Bálsamo. "El Cantábrico", Ampuero, mayo 1934.
José Bálsamo era Ramón G. Zorrilla.
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