Rafael Palacio Ramos acudió a la Torre Espina, de Ampuero,
el pasado viernes e impartió una interesante conferencia sobre la Tercera Guerra
Carlista, con especial atención a la comarca del Asón, como escenario de las
hostilidades. Rafael es doctor en
historia por la Universidad de Cantabria, autor de doce libros y está especializado
en la Historia Militar del Antiguo Régimen y de la Guerra de la Independencia,
en especial en la cornisa cantábrica. El Carlismo resurgió en un periodo de crisis social y económica,
de revueltas en Cuba, después del destronamiento de Isabel II, al no ser
aceptado el rey Amadeo de Saboya por grupos monárquicos y católicos, sobre todo
en el País Vasco y Navarra, donde aspiraban a que gobernara el pretendiente
Carlos VII, y se regresara a una política tradicional. Sobre todo contaba con apoyo en las zonas rurales.
Rafael Palacio, es también gerente de la Casa de Cultura de Santoña y vino a Ampuero a presentar su libro: "La Tercera Guerra Carlista en Cantabria", invitado por la Asociación Emporium.
“Lejos de tener un papel secundario, la provincia de
Santander se constituyó durante la Tercera Guerra Carlista en un punto básico
en el teatro de operaciones del Norte. Las razones fueron su inmediatez, a los
principales escenarios del conflicto… la existencia de los puertos seguros como
Santander o Santoña, y la línea de ferrocarril que vía Alar del Rey unía a su
capital con Vitoria, Burgos y Madrid. Fue por lo tanto la provincia la sede de
la escuadra y lugar de concentración de los diferentes ejércitos liberales a lo
largo de toda la contienda”.
Pero no todo el territorio provincial estuvo asegurado por
el control del gobierno de Madrid, la comarca oriental fue un escenario
constante de incursiones y guerrillas. La principal línea de bloqueo y contención
discurrió a lo largo del río Asón, lo que supuso que durante toda la guerra
quedaran los pueblos a merced de las partidas, y sufrieran los peores excesos.
Documentos registrados en el Ayuntamiento de Ampuero, recuerdan cómo hubo que
pagar a los carlistas determinadas cantidades de víveres y dinero, cómo llegaron
a secuestrar al mismo alcalde y a otros representantes municipales, para exigir a los vecinos a pagar determinadas cantidades de dinero para liberarlos. Pero también los ampuerenses y los vecinos de la comarca se vieron obligados a pagar los "bagajes" de las tropas liberales cuando cruzaban por sus términos, sobre todo en raciones de pan. Los carlistas establecían aduanas en
los puentes y caminos para exigir pagos o acudían a los pueblos para
llevarse a los jóvenes y alistarlos en sus filas. A pesar de que las tropas liberales estaban asentadas cerca y un batallón patrullaba constantemente entre Laredo y Ramales, las partidas carlistas actuaban con relativo éxito en grupos reducidos y con gran movilidad. Una treintena de personas asistieron a la conferencia.
Durante el periodo bélico (1972-1976), los partidarios del carlismo, que en la comarca del Asón fueron numerosos tuvieron su sede en Valmaseda. El ejército de Alfonso XII, el ejército liberal, era mucho mayor y contaba con armamento más moderno.
A principios de 1876 los ejércitos de Martínez Campos, Quesada y Moriones avanzaron con desigual rapidez por Vizcaya, Guipúzcoa y Navarra, y los carlistas fueron desalojados de Estella el 19 de febrero. Sus unidades se desmoronaron y Carlos VII con sus fieles batallones cruzó la frontera francesa. Alfonso XII abolió los fueros, un viejo anhelo de la burguesía española y por supuesto santanderina.
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