Estuvo varias décadas en el Santuario de la Bien Aparecida como padre trinitario, incluyendo muchos años de superior. También atendía en su ministerio a los reclusos del Penal del Dueso.
Cuando ya enfermó gravemente, lo enviaron a Algorta, a su tierra, donde falleció.
Todas las conversaciones que mantuve con él fueron agradables. Envío mis condolencias a su familia y a sus amigos.
Foto de hace unos años de "El Diario Montañés",
tomada en el coro del santuario de la Virgen Bien Aparecida.
Una gran persona y amigo. Descansa en paz querido Antonio. Inoiz ez zaitut ahaztuko.
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