martes, 5 de febrero de 2019

La Fuente de la Rana y el Archivo Municipal

En los últimos días he recibido varias consultas de madres que tienen niños en la escuela solicitándome información sobre la historia de la Fuente de la Rana. Parece ser que un profesor o profesora les ha pedido a los alumnos que indaguen al respecto. Me parece una gran idea que en la escuela traten estos temas porque no cabe duda que si no conocemos nuestra historia local y nuestras tradiciones no vamos a sentir por ellas ningún aprecio. El problema es que sobre la Fuente de la Rana se sabe bien poco, yo únicamente encontré en el Archivo Municipal un documento. En la foto procedente de Pepe Ángel, la otra Fuente de la Rana. En él se decía que un vecino llamado Leoncio Solana, tenía a su cargo la vigilancia de las fuentes de esta Villa. Se compromete el 8 de junio de 1888, a regalar al pueblo seis sacos de cal hidráulica, inspeccionar las fuentes, limpiar los depósitos cada vez que se necesiten, y: ..“pintar una vez al año de pintura verde las ranas y pilastra del centro de la Plaza y los pilares de las otras dos fuentes restantes…” Por dicha labor solicitaba 125 pesetas. Este documento se encuentra en la carpeta “Solicitudes y Juicios Administrativos 1887-1895”.

Esta segunda fotografía procede de Carlos García, en ella se ve la Fuente de la Rana situada junto al Puente Pequeño y una procesión con centuriones romanos con motivo de la Semana Santa. La foto es de principios del siglo XX, como la anterior.
Podemos llegar a la conclusión de que en Ampuero existía ya en 1888 la “Fuente de la Rana”, y no sólo una sino que había al menos otra, porque se dice que hay que pintar las ranas ( en plural ) no la rana (en singular). A través de fotografías de principios del siglo XX hemos podido localizar una fuente, idéntica a la que conocemos actualmente situada junto a la antigua “Confitería La Ideal”, más o menos donde se encuentra hoy la parada de autobuses. Por esos años más o menos también encontramos alguna que otra imagen de la “Fuente de la Rana” situada junto al Puente Pequeño, lo que nos hace suponer que al menos existieron dos fuentes idénticas. Y los batracios pintados en verde. Pero nada más podemos añadir salvo suposiciones. Recuerdo que Rafael Bedia, cuando era profesor del Instituto, escribió un interesante reportaje sobre la “Fuente de la Rana” en la revista “Laredu Lín” hace ya unos cuantos años e interpretaba con bastante lógica la posiblidad de que esas fuentes se colocaran tanto a la entrada del casco urbano como a la salida con una intención protectora, la rana es el animal que se come a los mosquitos y los mosquitos propagan las epidemias. Hay que pensar que en el siglo XIX Ampuero contaba con amplias zonas llenas de charcas y de huertas antes de urbanizarse el centro y canalizarse unos cuantos regatos. Una calle aún conserva el nombre de “Cantarranas”, debió abundar mucho este animal y la gente siempre lo ha tenido simpatía en contraposición al sapo. Es habitual encontrarse a la entrada de los pueblos con ermitas o cruceros, en Ampuero tal vez ejercieron también como elementos protectores y simbólicos las fuentes con ranas.


Probablemente algún día aparezca en el Archivo Municipal algún otro documento o referencia sobre el origen de estas fuentes, a lo mejor en la transcripción misma de un pleno municipal o vete a saber en qué expediente. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, recuerdo que hoy en día el Archivo no está operativo y así lleva muchos años y no sabemos si la corporación venidera tendrá interés en volverlo a colocar en la casa consistorial. Soy consciente de que no es un tema de interés general, no es una cuestión prioritaria, no va a provocar ninguna manifestación ciudadana, ni ningún debate profundo entre los partidos. Pero el Archivo Municipal es un servicio general de la Administración Municipal y un bien de dominio público, conserva y custodia el patrimonio documental del Ayuntamiento. Ofrece la posibilidad de información a los ciudadanos, favorece la cultura y la investigación. En 2002 hubo dos archiveras que trabajaron seis meses organizando el Archivo, Vanesa Muñoz y Araceli Bustamante (que salen en la foto) incluso crearon un programa informático para localizar documentos. Es una pena que no hayamos podido utilizar este Archivo desde entonces. Supongo que todo se resume a la falta de presupuestos, esperemos que no pase mucho tiempo para que se habilite una zona del edificio municipal y se comience a instalar unas estanterías adecuadas para albergar creo que cerca de 500 cajas del tipo "archivo definitivo" y otras aún mayores que contienen legajos desde el siglo XVIII hasta nuestros días, planos, libros de actas de plenos, de expedientes sobre la pesca del salmón, sobre quintas y muchos otros temas.
 

 

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