viernes, 3 de octubre de 2014

Teatro 3


La Sociedad Recreativa de Ampuero reanudó de nuevo sus tareas, después de mes y medio de paro cuaresmal, con dos buenas funciones, en los días, domingo y lunes de Pascua.
En la primera de dichas obras no se presta para ser desempeñada por aficionados, estuvieron todos muy discretos y acertados en el desempeño de sus papeles (que todos son difíciles) y consiguieron que se oyese con gusto la magistral comedia de Benavente.

En Tocino de Cielo resultó muy aceptable el trabajo de los distinguidos aficionados.
El lunes, en La escondida senda y en No hay mujeres, hicieron derroche de gracia todos los intérpretes. El teatro se vio ambas noches muy concurrido y el selecto público que materialmente le llenaba, premió con calurosos aplausos la exquisita labor de los simpáticos artistas.

Una pregunta: ¿Por qué no hacen siempre obras cómicas? Les van mucho mejor; son menos difíciles y consiguen mayor lucimiento.

                           ( J “Luz Cántabra. 23-4-1911)
 
 
En esta foto se distingue a Baldomero Pacheco, en el centro atrás, y junto a él a la derecha a Carlos García, ambos muy aficionados al teatro.
Con un lleno rebosante se verificó en nuestro teatrillo la función anunciada para el último domingo, organizada por la Sociedad Recreativa de Ampuero. Las obras puestas en escena, fueron: el delicado diálogo, de estilo andaluz; La boca del león y la graciosa comedia en dos actos: Robo en despoblado…
El público debe tener en cuenta que el aplauso contribuye a que el artista, por emulación trabaje con gusto; y el público de Ampuero, en general, es frío: aplaude, pero no es bastante. He dicho antes que fueron aplaudidos con justicia dos mutis y una escena final; el público aplaudió, es verdad; pero terminó luego el aplauso, sin dar tiempo a que los artistas salieran a escena a recibir el premio de su labor, y vimos caer el telón, que tampoco volvió a levantarse para tributar justos aplausos a los distinguidos aficionados. Tenga esto en cuenta el público; lo que más agrada al artista es una llamada a escena y que se levante el telón al final de los actos.

Cuando no lo merezcan, bueno que no se hagan estas manifestaciones, pero cuando son merecidas debe también el público poner de su parte  para promover el justo estímulo de los artistas.
O, Roysam . (Luz Cántabra. 14-5-1911)
                                                         Cuadro artístico ampuerense

Arte y Corazón
Con este título se estrenará, en la velada que tendrá lugar el próximo jueves en el salón-teatro de la Sociedad recreativa de Ampuero, la obra de mi queridísimo amigo Eduardo Carredano Camino.

No he de referir aquí el argumento, puesto que necesitaría mucho espacio para exponerle, con todos sus detalles; sólo me limitaré a decir, que en dicha obra revela el autor ingenio y acusa condiciones extraordinarias para el cultivo de la literatura dramática, y que si sigue así, llevando vida tan honda a sus asuntos, y tanta sencillez al procedimiento, llegará a ser un autor dramático a la altura de su tiempo.
Todos los del cuadro artístico, pero muy especialmente los que tomamos parte en la interpretación de la obra, le enviamos nuestro cordial agradecimiento y nuestro afectuoso saludo.

José Pacheco. (Luz Cántabra. 14-5-1911)
Sorprende hoy la cantidad de obras distintas que interpreta esta Sociedad Recreativa, algunas de ellas eran estrenos y estaban escritas incluso por personas del pueblo. También llama la atención la cantidad de funciones que tienen lugar, da la impresión que no tienen ni tiempo para ensayar los dramas y las comedias que ponen en programa. Más cuando en este artículo he suprimido algunas de las representaciones.

La función organizada por la Sociedad Recreativa de Ampuero, el jueves de la pasada semana, resultó, por todos los conceptos, la mejor de cuantas hasta ahora ha dado la ya notable sociedad.
El programa no podía ser más atrayente: tres títulos, nuevos para nuestro público, siendo uno de ellos estreno de una obra de un hijo de la localidad: de nuestro asiduo y distinguido colaborador Eduardo Carredano, que lejos de la tierruca, pero amante de ella, y sintiendo su nostalgia, escribió el dramita que se estrenó el jueves, con el propósito de dedicárselo a la laboriosa sociedad; desarrollándose su acción en la suspirada Villa que le vio nacer y sin olvidar en él a nuestro modesto semanario, a quien dedica sus más acabadas composiciones….

Comenzó la brillante récita con el paso de comedia de los Quintero: Mañana de Sol….
Al levantarse el telón, nos sorprendió una preciosa y bien acabada decoración, pintada por nuestro querido amigo Arturo Sanz, que iluminada con luz de magnesio, producía un efecto poético y sorprendente por la maestría de la ejecución; la suavidad de los tonos y lo armonioso del conjunto.

El público saludó la decoración con prolongadas salvas de aplausos y llamó repetidas veces al concienzudo artista que se presentó en escena entre las aclamaciones de la totalidad del distinguido público que, literalmente, llenaba la sala.
La interpretación estuvo a cargo de Carmela Ortiz y Pepe Pacheco, que hicieron dos viejecitos deliciosos, y supieron arrancar sinceros y entusiastas aplausos, por lo bien detallados, estudiados, matizados y dichos, que resultaron sus personajes…

Carlos García y Laura Lombera completaron el cuadro haciendo dos criados muy en carácter y estudiados con loable escrúpulo….
Del estreno de Arte y Corazón poco he de decir. Denota en su autor cualidades de dramaturgo muy dignas de ser educadas para llegar a la perfección, que, siguiendo por el camino emprendido, no dejará de alcanzar. Hay en ella dos tipos magistralmente trazados: los dos protagonistas; situaciones muy cómicas, en las escenas del criado, y altamente dramáticas entre el padre y la hija; situaciones intensamente sentidas, bien escritas y que llegan al público. Pero lo mejor del dramita es la relación que hace Martín, de sus desdichas; un admirable monólogo de intenso efecto dramático, de íntima amargura, de frase galana y fácil…

Tuvieron el delicado acuerdo de colocar en escena el retrato, al óleo, de Eduardo Carredano, y el público saludó en él al original, tributándose sendas ovaciones al empezar y al terminar el drama…
(O, Roysam. Luz Cántabra. 21-5-1911)

 

 

 

 

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