Breve historia: Erase una vez tres reyes; dos de ellos procedían del occidente más cercano y uno del lejano oriente, creemos. Los que procedían de occidente, con más posibilidades de éxito en el primer mundo, tenían aficiones tan diversas y apasionantes como la caza, la vela, el ski….entre otras muchas. Por el contrario, al otro le gustaba compartir ilusiones esa Noche Mágica del 5 de enero, repartiendo a lomos de su caballo “alado” saludos y emociones por doquier, emulando a un voluntarioso rey Baltasar.
No hace mucho, dos de ellos han pasado a engrosar a las listas del paro y/o jubilación, de los que podríamos destacar su gran dedicación y fidelidad al servicio de la comunidad así como desinteresada aportación a nuestra malhumorada y resentida sociedad en los últimos años, y que por su importancia queremos distinguir en esta columna de información:
Uno de ellos, nos sorprendió con su abdicación al tratarse de un heredero de la honorable dinastía de los Borbones, cesando como emérito “Rey de España”, hecho que hemos lamentado todos, y del que no vamos a detenernos en calificativos, si bien podríamos enumerar un sinfín de distinciones y menciones por su buen hacer en pro de nuestra tejida “piel de toro “, aunque la continuidad de esa “casta” esté garantizada, pensamos. Nos cuentan que disfruta con sus rutas gastronómicas y viajes, y estas Navidades descansaba en Beverly Hills (California) celebrando creemos una jubilación merecida, por lo que dicen que tiene una vida de Rey para un apasionado monarca ya jubilado. De El solo tenemos un vago recuerdo de su paso por Ampuero en coche oficial en los años 60, coincidiendo con una vuelta ciclista (no estamos seguros de que le robaran su reloj).
El otro, más cercano a nosotros, Pedro I, nuestro eterno “ Rey Baltasar”, del que tenemos que destacar y agradecer su entrega encomiable y estrecha colaboración en todos los ámbitos de nuestra comunidad ampuerense donde ha ejercido. Ya en su lugar de retiro y descanso merecido en el lejano Oriente o en la Polinesia, donde esté , le deseamos lo mejor en su nueva vida. ¿Qué niño - ahora muchos de ellos ya casados y con descendencia - no se ha sentado en el regazo de nuestro querido Baltasar para recibir su cariño y presentes en esa Noche Mágica ? Han transcurrido ya más de 30 años de servicio. Por ello, no queremos que su imagen caracterizada pero sincera de un pasado reciente se confunda con la de un Herodes abatido, desfigurado y dejado a su suerte sin séquito, que hemos presenciado recientemente en su último desfile; desde el consistorio local dicen que por necesidades del guion y los recortes. No podemos concebir a un Herodes el Grande desatendido, degustando un bocata de chorizo de pamplona en plena acción y frente a una multitud de ingenuos e inocentes zagales. Pero a pesar de todo y después de una dilatada carrera artística, este sí que podría ser otro Grande de España, siempre al frente de tantas encrucijadas y superando los obstáculos más complejos. ¡ Qué salud !
Ambos ex-reyes coincidieron en un autobús del Inserso en un viaje a Fátima recientemente.
Algunos podemos recordar su llegada desde un lugar lejano, guiado por una gran estrella, aunque según nos cuentan desde su partida tuvo que sortear grandes dificultades pero contó con la inestimable ayuda de un alto mando de la guardia real suiza destacado en aquellos tiempos en una plaza fronteriza, vecino de Ampuero para más señas, quién nos ha confirmado su actitud proactiva en alcanzar ese “espacio singular” que ha venido ocupando y que está
reservado a la realeza local. La historia le recordará como una persona preparada para los grandes retos y adelantada a su tiempo, eterno colaborador y siempre bien posicionado ante algún fotógrafo despistado (está en todas).
Dicho esto , deseamos que un día retorne a este gran escenario de su vida donde ha obtenido sus mayores éxitos, con el fín de poder agasajarle y rendirle homenaje con un merecido reconocimiento como Hijo Adoptivo de nuestro pueblo con distintivo “púrpura” (reservado a los reyes), compartiendo así Cuadro de Honor con otros “nominados” ilustres de nuestra Villa -aunque de menor entidad-. Ni que decir tiene que esta condecoración que ha partido a propuesta de diferentes grupos políticos y asociaciones de nuestro pueblo, no se puede equiparar con la misma distinción que ha retirado el Ayuntamiento de Gijón recientemente a una eminencia nacional como Rodrigo Rato, el cual practicaba otras artes escénicas ocultas, previsiblemente engañosas y de difícil comprensión.
En fin, decir que son los últimos reyes que hemos conocido de cerca y que han sido capaces de ilusionarnos dando a nuestras vidas algún sentido. Hasta siempre majestades.
NOTICIERO LOCAL DEL GABINETE DE PRENSA DE LA P.CANDIANO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario