jueves, 9 de abril de 2015

El bar de Yayo


El bar de Yayo se ubicaba en un punto muy concurrido durante la temporada de pesca del salmón. Junto a este bar se encuentra el de Cuero, que afortunadamente aún sigue abierto.

El lunes pasado cerró sus puertas el bar de Yayo en Udalla, uno de esos bares “de toda la vida”, situado junto al puente, a orillas del Asón, junto al Monumento al Salmón. No conozco con detalle la historia del local que fue punto estratégico para los vecinos de este “Lugar” durante muchos años por ser oficina de correos, de teléfonos, de venta de tabaco, bar y tienda de ultramarinos…

Me cuentan que antes de Yayo lo llevó Ángel Pérez y tiempo atrás otra persona cuyo nombre ya no me acuerdo.
 

 
Ayer hablé con Rosa Mari y su hija, que me dejaron entrar y fotografiar el bar por última vez y me contaron lo que ya todos podéis imaginar: que el negocio ya no daba lo suficiente como para continuarlo, que en Udalla la población, o sea “su parroquia” ha disminuido y envejecido, que la gente más joven ha adquirido nuevos hábitos de consumo como ir en coche a los centros comerciales; ya apenas quedan vecinos para jugar a las cartas o  tomar los blancos. Y el turismo aquí llega poco a pesar de ser una zona de gran belleza y posibilidades pero la gente, ya sabemos, prefiere atestar la franja costera.


                         En el bar se contemplaba esta cartel de nuestro paisano


                                                             La cabina de teléfono
 
Imagino que similares razones llevaron en Udalla en su día a la desaparición de los bares de Zabaleta y Casamichana y a los instalados en otros núcleos rurales, como Marrón, Bernales o La Bárcena. Todos poco a poco sucumbieron.
Los bares-tienda fueron museos vivos de nuestra historia con sus estanterías repletas de botellas de licor y refrescos, latas de conserva, legumbres, arroz, tabaco, embutidos colgando sobre el mostrador,  pan, escobas y un sinfín de productos y utensilios. Eran la tienda del pueblo, espacios de reunión social y de más interés etnográfico y cultural que muchos centros de interpretación abiertos hoy al público por los ayuntamientos.


Al cerrar el bar de Yayo, Udalla se queda más solitaria, más en silencio. Imagino cuántos recuerdos perdurarán entre sus paredes de tantas jornadas festivas y laborables, ociosas y rutinarias. Cuántas anécdotas de ganaderos, de la época de la siega, de la pesca de salmones, de las fábricas de Anís Udalla y la Nestlé, de las familias ilustres que habitaron las casonas solariegas, de cuadrillas de cazadores o de moteros. Cuántas partidas de cartas, cuántas conversaciones sobre los temas de actualidad, cuántas botellas descorchadas, cuántos programas de televisión vistos “en familia”.


Distinguimos en este curioso receptáculo distintas botellas procedentes de la destilería "Anís Udalla"; entre ellas, la segunda por la izquierda "Coñac Comendador". Todo un pequeño tesoro, una cápsula del tiempo, aunque el paso de los años sí que se deja notar, el humo de miles de cigarrillos ha ennegrecido las etiquetas. Todo se deteriora tarde o temprano.
 
Estos bares son como tarros gigantes de cristal que contienen la esencia del pueblo, la memoria y las tradiciones de sus vecinos. Triste noticia es perder una de estas ánforas.
En definitiva: estos establecimientos debieran estar subvencionados por el Ministerio de Asuntos Sociales, por el de Cultura y hasta por el de Defensa, aunque ahora no se nos ocurra las razones para incluir a este último, seguro que tomando una copa de “Anís Udalla” de esas botellas que se ven en las estanterías más altas daremos con ello.



 

 

 

 

 

 

 

 

 


2 comentarios:

  1. el Bar de Yayo; Nostalgia de bellos momentos. lugar de refresco en aquellas vueltas a Udalla (bici,andando, corriendo etc. mismo lugar donde me proclame campeon de Udalla "Natacion Rio Ason". Lindas Romerias a las que " La N@rta" acudia. SALUD y SALUDOS

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  2. Buenas tardes¿sería posible contactar con alguien de este bar.? No se que habrán hecho con las botellas de la destilería de anís Udalla

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