viernes, 26 de mayo de 2017

Los Juegos Infantiles II, por Garper

  EL RINCÓN DE GARPER
En su libro “Raíces festivas”, nuestro buen amigo Santiago Brera, recoge en su investigación sacada de la prensa de la época la “Carrera de cintas” de las fiestas septembrinas de 1943:
   “En la Avenida de las JONS ha tenido lugar la carrera de cintas para señoritas, habiendo existido una organización magnífica.
Las dos fotos de este artículo pertenecen a la recopilación "Amigos de Udalla".


Tomaron parte 23 señoritas de Ampuero y pueblos cercanos. Una cantidad enorme de público acudió a dicha Avenida para presenciar la carrera. La adjudicación de premios fue la siguiente. Primero: Lolita Fernández; segundo, Marga Rodríguez; tercero, Gloria Aguirre; cuarto, Delia Villamil; quinto, Marta Villamil; sexto, Azucena Pascual.”
  
No faltaba la tradicional carrera de burros. En 1942 encontramos en las hemerotecas. “El sábado 12 de septiembre tuvo lugar en la calle José Antonio una graciosa carrera de burros, tomando parte 17 jinetes. Los premios de 25, 15 y 5 pesetas fueron ganados por Santos Carral, Emilio Ruiz y Pedro Claramunt, respectivamente.”
   La chocolatada era una estampa con mucha gracia y alegría festiva. Tenía lugar en el quiosco de la música. Los participantes voluntarios subían en varias tandas. Se sentaban en los bancos alargados formando grupos de dos filas. Se les tapaban los ojos con pañuelos; en medio se ponía el chocolate y el juego consistía en untar los bizcochos con chocolate e introducírselo a quien tenías delante en su boca. El griterío era atronador y las carcajadas contagiosas al ver a los participantes comer bizcochos con sus caras achocolatadas.
   También se hacían emocionantes carreras de sacos y carreras de habilidad llevando una cuchara con un huevo, bien sujeta con la boca. No se podía caer el huevo ni ayudarse con las manos…

Otra foto de una carrera de burros celebrada en Udalla.

Luego como colofón de la fiesta infantil llegaba el turno de los gigantes y cabezudos. Que recuerdo más grato guardamos en el rincón de nuestra memoria. Los gigantes, con ritmo y alguna vuelta de rotación, nos transmitían paz, alegría, quietud y bondad pero, ¡los cabezudos! ¡ay los cabezudos! que tantas pesadillas nos daban en el mes de septiembre. Y el cronista recuerda la primera carrera que echó, escapando de las zambombas de los cabezudos, en dirección al Orcón. Luego en años sucesivos siempre iba raudo a refugiarse en la buhardilla donde vivía su abuela Teria, en la calle Melchor Torío.
   Este año se cumple el 75 Aniversario de los Encierros. A la hora de brindar por esta efeméride, brindemos también con un recuerdo entrañable por todos los niños y niñas que disfrutaron de los juegos infantiles en 1941, haciéndolo también extensivo a los que lo hicieron, desde el origen del costumbrismo festivo ampuerense, hasta el presente año 2016.
   Que Ampuero mantenga siempre este “patrimonio cultural festivo”. Es el mejor homenaje a los que nos precedieron.

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