Hoy he podido despedirme de mi amigo José Manuel Blanco Martínez, llevaba un tiempo viviendo en su casa de Tabernilla ( aunque apenas salía por Ampuero) después de haber pasado años en Chile, Bolivia y otros países sudamericanos, donde trabajó en colegios y albergues para niños pobres. No era difícil intuir que poco iba a durar aquí, porque es una persona que posee dentro de sí esa llamada a la aventura, a recorrer mundo, a conocer culturas y gente distinta, sin importarle gran cosa el dinero o las comodidades. Y ayer me contó, como quien dice que se va a pasar un fin de semana a Potes, que se iba para China, a Daqing, una ciudad al norte de este país tan grande y extraordinario, una ciudad que veo en Internet que tiene 3 millones de habitantes y que tiene a su alrededor campos de petróleo y que está llena de rascacielos, pero toda moderna, porque hace unas pocas décadas debía ser un pequeño lugar en la fría estepa. Jose va con un contrato para enseñar inglés y español en un colegio por una temporada escolar más o menos como la nuestra, en este caso de octubre a julio. Mañana jueves vuela hacia allí, de nuevo pisará Asia, después de nuestro viaje por la India, que fue hace muchos años como hemos recordado ayer. Y qué más voy a decir, que me alegro mucho por él, que le noté ilusionado, y desear por supuesto que todo le vaya bien por esas lejanas tierras. Jose es un todo terreno e imagino que también se adaptará a comer con palillos y a los 20 grados bajo cero que en ocasiones se alcanzan en Daqing, (Da-Ching) en idioma clásico.
Siempre es gustoso saber y recibir noticias de esta buenísima persona, noble y buena de corazón y con unos valores inalcanzables para la inmensa mayoría de la gente.
ResponderEliminarPersonalmente, le estoy inmensamente agradecido de todo corazón ya que durante mi estancia en Chile me ayudo mucho volcándose de forma totalmente desinteresada hacia mí lo que represento para mí un afecto.
De mi entorno siempre escuche la calidad de personas, la bondad que representaban y lo buena gente que eran sus padres.
Dicen que de “casta le viene al galgo”, pues bien, esto se le puede aplicar a la perfección ya que “los tuyos estarán siempre orgullosos de ti” y los que te apreciamos, te valoramos y siempre te consideramos como una de las grandes personas con las que muy pocas veces uno se cruza en la vida.
Si existe un Dios, estoy seguro que te dará cobijo allá donde vayas y Salud para que “todos” tengan el privilegio y placer aprender de ti.
Un abrazo fortísimo de aquel chavalon de Ampuero que un día ayudaste en Chile.
Jose, que suerte tienen los chinos de contar con una persona como tú. Te deseo que esta nueva experiencia te sea muy provechosa. Los que nos quedamos aquí estaremos esperando y deseando que llegue el día de tu regreso para que, como siempre, nos hagas partícipe de tus vivencias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.