Sólo para tus ojos. Cuarto relato.
Pestañeó dos veces para decir que sí, que estaba preparada. Por fin, mi vecina había acudido a la cita. Llevaba tanto tiempo soñando con tenerla entre mis manos. Me aseguré que estuviese todo dispuesto: la música ambiental, la luz adecuada, incluso, algo para beber. Ella tendida sobre el sillón permanecía inexpresiva. Solo el aleteo de sus pestañas me indicaba que podía continuar. Me dejé llevar, ya no miré sus ojos, solo sus labios, su boca… En el momento álgido sentí cómo su mano apretaba con furia mi entrepierna y ambos nos fundimos en un grito de dolor, cuando al fin, conseguí la extracción de su muela.
Javier Puchades
Microcuento.es
Hola buenas, soy de raíces ampuerenses, y me gustaría saber si hay algun caso de Coronavirus por allí, mucjas gracias saludos desde Brisbane
ResponderEliminarPues un saludo a Australia, sí, por desgracia parece ser que sí ha llegado a nuestro pueblo ya el virus.
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