jueves, 2 de abril de 2020

El cuento del jueves


Un hombre rico mandó a su criado al mercado en busca de alimentos. Pero al poco de llegar allí se cruzó con la muerte, que lo miró fijamente a los ojos.
El criado palideció del susto y salió corriendo dejando tras de sí las compras y la mula. Jadeando llegó a casa de su amo.
- ¡Amo, amo! Por favor, necesito un caballo y algo de dinero para salir ahora mismo de la ciudad… Si salgo ya mismo quizás llegue a Tamur antes del anochecer… ¡Por favor, amo, por favor!
El señor le preguntó sobre el motivo de tan urgente petición y el criado le contó a trompicones su encuentro con la muerte.
El dueño de la casa pensó un instante y, acercándole una bolsa de monedas, le dijo:
- Está bien. Sea. Vete. Llévate el caballo negro, que es el más veloz que tengo.
- Gracias, amo – dijo el sirviente. Y, tras besarle las manos, corrió al establo, montó el caballo y partió velozmente hacia la ciudad de Tamur.
Cuando el sirviente se hubo perdido de vista, el acaudalado hombre caminó hacia el mercado buscando a la muerte.
-¿Por qué has asustado a mi sirviente? –le preguntó en cuanto la vio.
- ¿Asustarlo yo?- preguntó la muerte.
- Sí – dijo el hombre rico-. Él me ha dicho que hoy se ha cruzado contigo y lo has mirado amenazadoramente.
- Yo no lo he mirado amenazadoramente –dijo la muerte-.
Lo he mirado sorprendida. No esperaba verlo aquí esta tarde, ¡porque se supone que debo recogerlo en Tamur esta noche!

 Jorge Bucay
 
 

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