A las once de la mañana llegó a Marrón el excelentísimo señor Obispo de la Diócesis, doctor don José Eguino y Trecu, acompañado del muy ilustre señor don Lorenzo Bereciartua, doctoral de la S. I. Catedral, y don Luis Eguino y Trecu. A recibir al Prelado acudieron al límite municipal de Ampuero el arcipreste y párroco de la villa, don Julián Escalante; el alcalde camarada Aurelio Céspedes Sarabia, y el primer teniente de alcalde camarada Luis Blanco. El pueblo tributó al señor Obispo un caluroso recibimiento. En la foto la Virgen del Mar.
Seguidamente se procedió a la bendición del nuevo templo, con arreglo a las ceremonias de rública, participando en este acto numerosos sacerdotes de los pueblos comarcanos.
Abierto el nuevo local sagrado se vio totalmente lleno de numerosos fieles de Marrón y Ampuero, e inmediatamente dio comienzo la misa solemne. El Prelado ocupó un sitial bajo dosel, en el presbiterio, acompañado de don Julián Escalante y de don Luis Eguino y Trecu. A la entrada del mismo figuraban los padrinos de la nueva iglesia, la distinguida y encantadora señorita Manolita Gómez Gutierrez y el joven Joaquín Barquín. En el lugar designado para las autoridades se hallaban el alcalde y jefe local, camarada Céspedes, que ostentaba la representación del Gobernador civil- jefe provincial del Movimiento el primer teniente de alcalde camarada Luis Blanco, en representación del Ayuntamiento de Ampuero; el segundo teniente de alcalde, don Manuel Palacio Gómez; los gestores don Miguel Fernández, don Francisco Camino y don Antonio Setién; el secretario local del Movimiento, camarada Leopoldo de la Peña, y el secretario municipal don Manuel Palacio Ulacia. También se hallaba presente en los actos el capitán juez militar de Villadiego, señor Gandarillas.
Entre los sacerdotes y religiosos asistentes a tan solemnes actos figuraban los reverendos Padres Trinitarios José María de Jesús y José del Redentor; don Luis Bellocq, coadjutor de la parroquia de la Compañía de Santander; don Benito Gabasa, párroco de Rasines; don Gregorio Ungo, párroco de Limpias; don Julio Arredondo, párroco de Gibaja; don Rafael Revuelta, párroco de Cereceda; R. P. Claudio Muñoz, Superior de los Padres Paúles de Limpias; don Paulino Sáez, tenor de la S. I. Catedral, y don José Pérez Burgos, sochante de la misma.
Hacía guardia
a la entrada del presbítero, una escuadra de camaradas del Frente de
Juventudes, integrada por los camaradas José Diaz Romeral, Daniel Bahón, Manuel
Tarilonte, Lucio Viota, Ángel Martínez y Aurelio Sarabia.
Ofició de
preste en la solemnísima misa don Epifanio Ruiz, Rector del Seminario Conciliar
de Corbán, ayudado de diácono por el párroco de Ojebar, don Matías Eiguren; y
de subdiácono por don José Olano, párroco de Ramales. Actuó de maestro de
ceremonias el párroco de Marrón, don José Diaz Vidal.
El obispo Eguino y Trecu, el alcalde de Ampuero
Eloy Fernández y el párroco Julián Escalante.
Una selecta
capilla de música integrada por cantores de la S.L Catedral, los cantantes
señores Arredondo y Mata; el organista de Ampuero, don Eustaquio Gurruchaga, y
otros valiosos elementos de Santander, interpretó de manera irreprochable la
“Misa en honor de la Inmaculada Concepción”, a tres voces, de Vicente Goicoechea,
tocando el armónium el organista de la Residencia de los Padres Jesuítas de
Santander, don Juan Arrieta.
Del sermón
estuvo encargado el M.I. Sr. D. Lorenzo Beresiartua, el cual pronunció una
magnífica oración sagrada. Al Ofertorio, el coro interpretó el “Ave María”, a
cuatro voces, de Goicoechea. Al alzar, la banda de tambores y cornetas del
Frente de Juventudes local, integrada por los camaradas José Luis Aparicio,
Armando Sancho, Francisco Urra, Francisco Olano y Antonio Aguilera, interpretó
el himno nacional, siendo acompañados al armónium por el señor Arrieta.
En
la fotografía el Obispo junto al alcalde José Eloy Fernández y el párroco
Julián Escalante (en la calle Abajo).
Terminada la
santa misa, el Prelado, revestido de pontifical dirigió la palabra al pueblo
para agradecer a todos la aportación y el concurso que han prestado para
la erección de su nueva iglesia parroquial. Tuvo un recuerdo especial para las
ilustres familias de don Aureo Gómez Setién y de Barquín Caller, que de manera
tan espléndida contribuyeron a la obra trascendental de dotar al pueblo de
Marrón de un templo como el que acababa de ser bendecido e inaugurado.
A las dos de
la tarde, en la hermosa finca que posee en Marrón la señora viuda de don Aureo
Setien, los invitados fueron obsequiados espléndidamente. A media tarde regresó
a Santander el doctor Eguino y Trecu, acompañado también hasta el límite del
término municipal por las autoridades locales”.
El
siguiente texto procede de una crónica publicada en un periódico regional, muy
posiblemente del año 1941. No podemos agregar más datos sobre la crónica porque
en la fotocopia que ha llegado a mis manos no sale ni el nombre de la
publicación, ni la fecha, ni firma su
autor.
La casa de
Aurelio Setien, donde se celebró el convite, es la situada en el Povedal,
decorada con azulejos rosados.
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