Justo al cruzar el puente de Bernales, junto al río, se encuentra esta casa popular abandonada, rodeada de árboles y prados. Delante de ella un rústico banco de piedra. Un rincón sencillo y solitario que transmite una sensación de calma, de naturaleza. Un pequeño paisaje perdido en el tiempo, tan próximo y tan lejano.
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