sábado, 3 de abril de 2021

Patrimonio relegado al olvido

Ayer por la tarde hemos paseado por el viejo camino que iba desde el Povedal hasta Marrón, el de Abajo. El camino que existía en la antiguedad porque la actual carretera se debió construir a finales del siglo XIX. Una pena que hayan colocado tantas cercas y obstáculos en dicho recorrido, que debía estar como paso libre. Es un lugar completamente desconocido para los ampuerenses, aún lleno de vestigios históricos por el que circularon tantos carros, jinetes y peatones, sobre todo cuando funcionaron las fábricas de anclas de Juan de Isla. No estaría mal que el Ayuntamiento se preocupara de recuperar este espacio porque se podrían realizar visitas interpretando a través de los restos arqueológicos que aún quedan, la importancia que adquirió Marrón hace siglos. Entre esas ruinas ocultas por la vegetación aún pueden apreciarse molinos y fundiciones, puentes, muros y pilares de piedra donde se instalaban las parras. También en el camino se encuentra la casa que fue venta llamada "El Billar" y otras reliquias del pasado que a buen seguro hay personas que pueden explicar mejor, existiendo sobre ellas documentación abundante. No se trata de rehabilitarlas sino de actuar con el fin de que estos restos de piedra no se destruyan y desaparezcan comidos por el monte y se puedan contemplar en el futuro, tal como están pero con su entorno limpio y accesible. Hay que defender lo que tenemos en este pueblo que nadie lo va a hacer por nosotros y este lugar no fue cualquier cosa.

El camino llega a Marrón, el de Abajo, una población con casas de mucha antiguedad y aguas 
 arriba del conocido como Molino de Emilio, a unos 50 metros sendero arriba hay restos de otro molino que también fue martinete de fundición y es conocido como El Remolino. Ahí siguen sus piedras a pesar de los siglos. Su arco de salida de agua, el foso donde iba el rodete, su camarao, etc. 


 













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