Un paso histórico, un camino de nuestra infancia fue siempre el Muro de Marrón, nos acercaba desde el puente hasta el cruce con la Aparecida como un pequeño atajo, alejado de la carretera y un paseo con encanto por discurrir junto al Asón. Hoy en día no se puede caminar por encima del Muro porque está lleno de zarzas pero sí algún tramo por el prado entre las hileras de chopos, que yo creo que plantaron hará unos cuarenta años y son ya gigantescos.
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