Parece ser que ya no hay peligro de inundación, aunque como se suele decir: "La procesión no termina hasta que pase el último monaguillo". De todos modos esta foto quedará como una más de tantas para el recuerdo, como un ejemplo de lo sufrido por muchos comercios del pueblo. Ante el río Asón y ante el río Vallino no se puede dialogar ni protestar, ellos mandan, ellos deciden como lo han hecho desde muchos miles de años antes que los humanos levantaran la primera casa. Esperemos ahora un apoyo al comercio local.
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