"Con la
animación de rubrica y bajo los ardores del calor ecuatorial que disfrutamos,
se celebraron en este Feudo, romero por excelencia, las fiestas tradicionales
conocidas con los nombres de la Virgen de Villasomera y de San Roque en los
barrios populosos de “El Cerro” y “Villa parte”.
Misas en ambas hermanitas dichas en los respectivos días, por el ecónomo que regenta interínamente la parroquia, don Pedro García Terán; cantadas a palo seco a una voz (sin armónium u otra clase de instrumentos musicales) con sin igual maestría, por el Organista de la Obra pía legada por el ilustre bienhechor don Pedro Ortíz y Gil, hijo ilustre de Rasines, cuyo legado ha venido cumpliendo fielmente, en lo que respecta al pago de este cargo y en todo lo demás, referente al reparto de mil pesetas anuales a cuatro doncellas pobres, su finado sobrino y paisano el filántropo don Francisco Pando, han constituido el principal elemento de las fiestas religiosas.
Misas en ambas hermanitas dichas en los respectivos días, por el ecónomo que regenta interínamente la parroquia, don Pedro García Terán; cantadas a palo seco a una voz (sin armónium u otra clase de instrumentos musicales) con sin igual maestría, por el Organista de la Obra pía legada por el ilustre bienhechor don Pedro Ortíz y Gil, hijo ilustre de Rasines, cuyo legado ha venido cumpliendo fielmente, en lo que respecta al pago de este cargo y en todo lo demás, referente al reparto de mil pesetas anuales a cuatro doncellas pobres, su finado sobrino y paisano el filántropo don Francisco Pando, han constituido el principal elemento de las fiestas religiosas.
s.b
El clásico tamboril y la dulzaina intrusada, rompieron con sus notas inarmónicas el hielo de los corazones juveniles poniéndolos al unísono, a la altura de las circunstancias romeriles o en relación directa con el termómetro, con la esplendidez del día y con los sudores estivales que casi van liquidándonos.
La juventud popular dio la nota más alegre, bailando sin descansar la jota y el agarrado en los dos días sucesivos, sin perdonar a la noche, todo como es natural dentro de la mayor corrección, del orden y compostura que se puede exigir dentro la moral y las costumbres de ogaño.
Los juegos de pasa bolo estuvieron bien nutridos de jugadores atléticos que lucieron más su habilidad o maestría (en tan desnaturalizado juego) el esfuerzo de sus nervudos brazos. Partidos hubo interesantes; y desencantos harto visibles en corroboración de los refranes de que a todo hay quien gane y en donde menos se espera sale un gazapo.
Las comidas y meriendas engullidas a la sombra de los copudos, no produjeron, que sepamos sensibles indigestiones. Fueron un estimulante más de la alegría que preside en los pueblos felices. Fortalece los estómagos y estrecha los lazos de unidad solidaria que debe presidir en las familias que integran los grandes destinos de los pueblos. A veces se desborda entusiasmo bien inspirado en poutpurris, cantos llanos y jondos que es el final o sello con que cierran estas fiestas".
AGOSTO 1911.
LUZ CÁNTABRA. El clásico tamboril y la dulzaina intrusada, rompieron con sus notas inarmónicas el hielo de los corazones juveniles poniéndolos al unísono, a la altura de las circunstancias romeriles o en relación directa con el termómetro, con la esplendidez del día y con los sudores estivales que casi van liquidándonos.
La juventud popular dio la nota más alegre, bailando sin descansar la jota y el agarrado en los dos días sucesivos, sin perdonar a la noche, todo como es natural dentro de la mayor corrección, del orden y compostura que se puede exigir dentro la moral y las costumbres de ogaño.
Los juegos de pasa bolo estuvieron bien nutridos de jugadores atléticos que lucieron más su habilidad o maestría (en tan desnaturalizado juego) el esfuerzo de sus nervudos brazos. Partidos hubo interesantes; y desencantos harto visibles en corroboración de los refranes de que a todo hay quien gane y en donde menos se espera sale un gazapo.
Las comidas y meriendas engullidas a la sombra de los copudos, no produjeron, que sepamos sensibles indigestiones. Fueron un estimulante más de la alegría que preside en los pueblos felices. Fortalece los estómagos y estrecha los lazos de unidad solidaria que debe presidir en las familias que integran los grandes destinos de los pueblos. A veces se desborda entusiasmo bien inspirado en poutpurris, cantos llanos y jondos que es el final o sello con que cierran estas fiestas".
EL CORRESPONSAL
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