EL RINCÓN DE GARPER
MANUEL
SECUNZA: EL ÚLTIMO ESLABÓN DE LA FAMILIA PIONERA DEL PASABOLO
Manolo, el tornero, fotografiado allá por 1989 en su taller. S. Brera
Nacido en La Bárcena, en el lugar de “El
Muradón”, en el año 1926. Hijo de Juan y Carmen y nieto de Generoso Secunza, el
pionero del juego del pasabolo-tablón, que se inicia en Ampuero en el año 1885.
Prueba de lo que decimos la tenemos en el manuscrito de Juan Secunza, que su hijo
Manuel guardaba como oro en paño. En 1967, en uno de los muchos ratos que
pasamos en su taller de la calle Abajo, escuchando amenas historias y
curiosidades del pasabolo, Manuel nos dejó, con exquisita amabilidad, el
manuscrito referido. Transcribimos la parte más importante:
“Aquí vino el pasabolo en el año 1880, pero
se jugaba con nueve bolos y se birlaba como la palma, y mi padre lo rebajó a
tres bolos en el año 1885, y viendo que gustaba, en seguida lo hicieron en
Laredo, Rasines, Ramales, Carranza y demás”.
En 1910, se quedó en subasta, con la bolera
de la Nogalera para pasar luego el testigo a su hijo Juan y finalmente
recibirlo el último de la saga, el nieto Manuel que con dieciséis años inicia el oficio, en un
principio, con torno de pedal. Con vocación, arte y profesionalidad se
convierte en un magnífico artista. Qué perfección la suya, torneando bolos y
bolas de pasabolo y palma, balaustres, piezas de muebles y peonzas; las trompas
que nos hacían felices en nuestra infancia.
Entre sus muchas anécdotas, queremos
entresacar aquella que nos contó de un farmacéutico de Arcentales que estaba en
el ejército, en Madrid, cuando le escribió: “Manuel, no te puedes poner enfermo
porque nos quedaríamos sin bolos”, y es que enviaba material bolístico por muchos rincones de España, incluso a
Iberoamérica donde el juego de los bolos llegó de la mano de los indianos.
En 2009, la Asociación Adala le distinguió
con el “Adalino de Plata” recibiendo el caluroso y emotivo homenaje de las
gentes de Ampuero, que el cronista tuvo el gusto de presentarn en el salón de
actos de la Casa de Cultura, abarrotado de público. Y es que Manuel fue una
persona auténtica, afable, con ética profesional, constante en sus objetivos,
didáctico con los jóvenes que nos iniciábamos en el deporte de los bolos, un
buen vecino, ampuerense de pro y, sobre todo, un excelente esposo, padre y
abuelo. En mayo hará tres años que se nos fue de viaje al recuerdo, pero su
esposa Sari, sus hijas Eva y Ana Luisa, hijos políticos, José Mª y Ángel, junto
a sus nietos Iván, David y Pablo, pueden estar orgullosos de la piña familiar
que formó: “Una piña que se mantiene muy unida, porque su espíritu sigue con
ellos y con todo el pueblo de Ampuero...
Que este romance que te dedicamos perdure, a
través de los años, para que Ampuero mantenga vivo tu entrañable recuerdo. Su
titulo es “A Manuel Secunza”:
Hoy te quiero dedicar,/ unas estrofas
sinceras,/ de tu pasado Manuel/ de tu vida en la bolera./ A tí, Manuel
artesano/ eslabón de una cadena/ de la familia Secunza/ del “pasabolo”
pionera./ Con Generoso, tu abuelo,/ se inicia esta cadena;/ tu padre Juan,
seguiría/ y tú, el tercer mecenas./ Has dedicado tu vida,/ ¡artesano de
madera!/ a fabricar bolos, bolas/ y mimar la Nogalera./ ¿Y las trompas que hacías?/
para jugar a las perras,/ para jugar a las chapas,/ las dejabas tan perfectas…/
Eras único artesano/ en España toda entera/ y enviabas tus trabajos/ más allá
de la frontera./ Responsable y con aplomo,/ mantuviste tu bolera,/ la más
galana y bonita, del pasabolo pionera./ ¿Y las partidas de bolos?/ llegada la
primavera,/ y tú, desde la cantina/ sacando aquella cerveza./ Tan espumosa
“Cruz Blanca”,/ que sacabas en bandeja,/ refrescaba las gargantas/ y pagaba el
que perdiera./ En mil novecientos nueve,/ tu abuelo y la Nogalera/ inician esta
aventura:/ “un siglo con la bolera”./ A ti, ilustre ampuerense,/ ¡artesano de
primera!/ a tí, honrado Manuel/ estas estrofas sinceras.
Jesús García Pérez (Garper)
Jesús García Pérez (Garper)
Personaje entrañable, de cariñoso y emocionado recuerdo de nuestros veranos en ese Ampuero, festivo, tranquilo, laborioso de los 60-70. Vivíamos enfrente y nos despertaba el ruido de la sierra cortando las ramas de “ acerón”, para hacer los bolos del
ResponderEliminarpasábolo… La tornería, sede social de los q por allí pasaban, enfrente de la tienda de ultramarinos de Liano…¡ cuántas veces le llenábamos el botijo en la fuente de la rana, o acompañábamos a la burra , de regreso al establo en la Bárcena. Creo q el cariño era correspondido y unos cuantos veraneantes le hicimos una comida- homenaje, tras su retirada… como recuerdo, me regaló el “medidor” de los bolos, q era un palo con dos clavos, q marcaban las medidas del bolo a punto de terminar.
¡ Cuántos gratos recuerdos me trae esta antigua noticia!
Si se confirma el “ museo del bolo”, en la antigua báscula- taquillas, estaría encantado en contribuir con alguna aportación…
Saludos desde Vizcaya (José Luis Paz, Chelis, antiguo veraneante y nostálgico de aquél tiempo)