"José del Campo nació
en Astillero (Cantabria) en 1934. El 14 de marzo de 1959 fue ordenado sacerdote
en Monte-Corbán y el 19 del mismo mes celebró su primera misa
en Astillero. Poco después le nombran párroco de Cereceda (Rasines), donde
estuvo en las escuelas públicas de Cereceda, y también le designan coadjutor
(ayudante) del párroco de Ampuero, Julián Escalante, que fallece en 1980, con
lo que José del Campo ocupa su puesto.
En la foto de Matas, el sacerdote José del Campo da la primera comunión a un niño de Ampuero.
Con un padre que fue maestro, José del Campo
se preocupa mucho de la juventud del pueblo, e idea un proyecto para ampliar
las posibilidades de los jóvenes en esta comarca rural en su mayor parte. La
formación era el mejor método para que esos jóvenes se incorporaran a la
incipiente industrialización de la zona y les abriese caminos hacia el
industrial y próximo País Vasco.
Junto con Esteban Azanza (perito químico de
una empresa de Limpias), Agapito Barriocanal (perito mercantil) y el también
sacerdote Manuel Sánchez (párroco de Udalla), constituyeron en 1965 la
Fundación Nuestra Señora Bien Aparecida, entre cuyos fines figuraba la
formación de los jóvenes de la comarca y su capacitación profesional.
A partir de entonces y hasta 1982 empiezan las
clases de Metal, en distintos locales, con éstos y otros profesores,
encargándose José del Campo de las clases de Lengua y Literatura y de cubrir
todas las carencias que, inevitablemente, se producían. Él daba las clases
cuando otros faltaban, buscaba locales para ampliar los grupos, iba al
Ministerio, en Santander y Madrid buscando recursos, recorría las fábricas de
Vizcaya comprando maquinaria usada, organizaba una tómbola en las fiestas de
Ampuero para recaudar fondos con que comprar un terreno en el que levantar el
Instituto que deseaba para los jóvenes de la comarca. En 1969 José del Campo logró
reunir las 500.000 pesetas necesarias para adquirir ese terreno.
Alumnos de la primera promoción formaron una
cooperativa que construyó una nave en Marrón, en terrenos propiedad de la
Fundación Nuestra Señora Bien Aparecida. En 1976 la cooperativa abandona la
nave que pasa a ser utilizada como taller de prácticas de los estudiantes de
Formación Profesional, al tiempo que locales del Ferial de Ganados de Ampuero
se utilizaban para las lecciones teóricas.
Los terrenos adquiridos en 1969 fueron cedidos
al Ministerio de Educación, a través del Ayuntamiento, para la construcción de
un Instituto de Formación Profesional. En 1985 el edificio, que sería
inaugurado oficialmente el curso siguiente, fue ocupado.
‘La Profesional, como aún llaman muchas gentes
de la comarca al IES de Ampuero, pasó de ser una serie dispersa de aulas y
talleres a convertirse en un Instituto de Formación Profesional con unas
instalaciones modernas y suficientes, en el que las nuevas dotaciones convivían
con las viejas máquinas, algunas de las cuales siguen hoy en uso. El sueño
tenazmente perseguido por José del Campo durante veinte años se había
alcanzado.
En uno de sus viajes a Vizcaya en busca de
maquinaria en buen uso y a buen precio, acompañado de Miguel Ángel Garzón,
antiguo alcalde de Ampuero y también profesor en el Instituto hasta se
jubilación hace muy poco, y entonces alumno aventajado, sufrió José del Campo
su primera crisis cardiaca. Internado en el hospital de Basurto se recuperó,
aunque desde entonces su corazón dejó de seguir el ritmo que su entusiasmo
marcaba.
El deterioro continuó hasta el punto en que
sólo un nuevo corazón podría aguantarle la vida que se le escapaba. Fue
sometido a un trasplante en el hospital Marqués de Valdecilla, uno de los
primeros que se realizaban en España, en un último intento de mantenerlo con
vida. El intento resultó inútil y el día 8 de marzo de 1986 moría a los 51
años.
El pleno del Ayuntamiento de Ampuero, el 3 de
marzo de 1988, acordó por mayoría ponerle el nombre de ‘José del Campo’ al
Instituto de Formación Profesional que con tanta entrega había contribuido a
levantar.
PUBLICADO POR IES JOSÉ DEL CAMPO - AMPUERO
Gran labor la de este hombre.
ResponderEliminarHace unos días le rindieron homenaje en el Instituto.
Muy justo y merecido el recuerdo y homenaje al cura José. Pero hubo más gente que trabajó por la incipiente formación profesional en Ampuero.
ResponderEliminarEn esa especie de crónica histórica de lo que fue la "profesional" en Ampuero, hay omisiones, no sé si deliberadas o no, que son, además de una torpeza, una injusticia histórica. Se dice que Don José constituyó junto a otros una fundación que sería el embrión de todo lo que vino después. Una Fundación, señores del Instituto, no se constituye. Se funda dotándola de un patrimonio (por cierto, supongo que involuntariamente, se olvidan de uno de los patronos fundadores, el único que aún vive) Aclarado este punto meramente formal, como seguramente no lo saben por ser gente oriunda, les diré que quienen hicieron la donación para dotar de patrimonio a la Fundación, fueron unas señoras de Marrón, las hermanas Otero. Sin ese gesto filantrópico y altruista que puso las bases, de poco hubieran servido posteriormente los desvelos de don José y de los primeros alumnos, que tambien pusieron lo suyo, para que la "profesional" fuese una realidad. Como de bien nacidos es ser agradecidos, no estaría de más que por los autores de esa nota reparasen ese injusto olvido.
ResponderEliminar(No firmo con mi nombre por cierto pudor, pero seguro que algunos al leerlo, empezando por el amo del "prau", saben quién soy)
Creo que tienes razón, hubo otras personas que no se mencionan, yo sí las apunté en su día cuando escribí sobre la Fundación en este mismo blog. Cómo olvidar a las hermanas Otero o por ejemplo a Lolo Revuelta.
ResponderEliminarImagino que cuando escribieron este artículo desde el Instituto no pretendieron omitir deliberadamente ningún nombre y contaron con la información que pudieron conseguir. Un saludo.