En la foto, (de izq a dcha), Paco Asón, Cándido Porres (el herrero), Jaime del Río y Eladio Osaba.
Nos envía este reportaje Pilar Bringas Ruiz, quiere que lo suba al blog completo, pues aunque en su mayor parte ha salido publicado en la revista de fiestas oficial este es el texto íntegro. Además piensa que tal vez lo puedan leer otras personas que no viven en Ampuero y no han tenido acceso a la revista, sobre todo lo que deseaba era que pudiera leerse el final. Incorporamos algunas fotografías nuevas que acompañen al texto que proceden de ella misma.
Acerca de la historia de los encierros de Ampuero
Pilar Bringas Ruiz
En memoria de mi padre, Paco de Asón.
La celebración del 75 aniversario de los encierros de Ampuero me trae a la memoria el recuerdo inevitable de mi padre quien, además de vivirlos con amor y pasión, los defendió con ahínco e investigó para conocer sus orígenes. Yo me atrevería a decir que mi padre fue un auténtico cronista de los encierros como lo demuestran las decenas de artículos publicados en la prensa, que conservo, y que constituyen un material muy valioso para conocer la historia que dura ya 75 años. Ahora, en plena celebración de las bodas de platino, recojo algunos de los hechos más relevantes de la historia de los encierros que he sacado de los textos que mi padre publicó para contribuir al conocimiento y el desarrollo de los mismos.
Mi padre siempre recordaba, dado su
interés por ser fiel a la historia, que el primer encierro se celebró el 13 de
septiembre de 1941, no fue martes como se ha dicho sino domingo y cuenta en uno
de sus artículos que, durante unas lluvias torrenciales, ante el riesgo de que
las vaquillas encerradas en la plaza de La Nogalera llegasen a “flotar” en los
corrales, un puñado de voluntarios ampuerenses, celebró un “concejo cerrado” en
lo que se tenía por segunda “Casa Consistorial”, la casa de la Pancha. Con el
fin de encontrar remedio sin riesgo para nadie, se decidió sacarlas a través de
un camino hecho con barricas de vino aportadas por almacenistas y vinateros
ampuerenses. El camino iba desde La Nogalera a la finca de Talledo, también
conocida cuando aquello como “la dehesa de la villa”. Aquel concejo estuvo formado
por Juan Garmendia, Ruiz Arenado, Eduardo Avendaño, Ricardo Viota, Fernando
Abascal, Daniel Trueba, Agapito Barriocanal y José María Fernández entre otros.
Para aquel día estaba prevista la actuación de los Danzantes de Cicero, quienes
creyendo que las vacas eran mansas, formaron un arco sobre el puente. Pero las
vaquillas, indiferentes a la tradición danzante de Cantabria, deshicieron a
embestidas y revolcones el arco, aunque, por suerte, no les sucedió nada grave
a los sorprendidos maltrechos y alegres danzantes de Cicero. Termina
reconociendo, que después de este comienzo, la continuidad de las fiestas
estaba asegurada.
Continúa la historia y, al año siguiente,
se programó un encierro “más formal” con nuevo recorrido, el que se realiza
actualmente. Las barricas de vino se sustituyeron por palos de eucalipto y,así,
el cierre del recorrido ya ofrecía mayores garantías, además empezó a cerrarse
el recorrido con sólidas talanquetas similares a las de hoy.
Sigue contando la historia de los
encierros y lo hace con gran entusiasmo porque dice que los años siguientes
fueron “indescriptibles”: Ampuero se había volcado en su festejo. Los encierros
se corrían por las calles de la villa con ilusión, gracejo, valentía,
lucimiento, con mayor seguridad en el vallado y con una vivencia total por
parte de foráneos, visitantes, familias y locales de la villa.
Cuando la fiesta iba alcanzando gran éxito
y notoriedad, en 1949, un toro de Ramos rompió las talanquetas del recorrido,
salió fuera del circuito hacía el centro de la villa, y provocó graves heridas
a muchos desprevenidos paseantes. Esto produjo la primera suspensión de los
encierros por Joaquín Reguera Sevilla, gobernador civil de Santander, porque
consideró este incidente de suma gravedad y originó un grave conflicto con una
buena gresca que se montó e hizo que el pueblo entero se echara a la calle por
tal motivo.
Los ampuerenses no se resignaron a perder
una fiesta que ya había calado en el corazón del pueblo y por eso no se aceptó
la prohibición. Como consecuencia, durante los cuatro años siguientes se
sucedieron numerosos y meritorios hechos para
restablecer los encierros, entre ellos
cabe recordar a Ricardo Viota, representante municipal, que defendió por todos
los conductos, razonamientos y gestiones el retorno de esta celebración. No fue
hasta 1953 cuando se reanudaron los encierros, siendo gobernador civil de
Santander Jacobo Roldan Losada, trágicamente fallecido pocos años después en la
recta de Ambrosero.
Pero hubo otra suspensión, aunque por
motivos bien diferentes, el 4 marzo de 1976 (ese día se murió nuestro tío Poldo
de la Peña) por la demolición de la plaza de La Nogalera. Debido al estado de
ruina en que se encontraba, ya había obligado a las autoridades a apuntalar
palcos y tendidos durante la celebración de los festejos de septiembre de 1975,
por lo que ese año no hubo encierros.
En el año 1977 se construyó, en un tiempo
récord, la nueva plaza de toros de La Nogalera, la actual, con la colaboración
desinteresada de todos los vecinos trabajando siete días a la semana, también
con la ayuda de unos soldados del Regimiento Valencia de Santander, obreros de
la construcción, con el capitán Crespo a la cabeza. Para su inauguración se
celebró una corrida con varios toros de doña Eusebia Galache de Covaleda y uno
de Don Pio Tabernero de Vivia, para los diestros “El Norteño”, Curro Vázquez y
Félix López “El Regio”, la madrina de la plaza fue doña M. Ángeles Osorio
Iturmendi El alcalde de Ampuero era don Francisco Céspedes Sarabia.
PLAZAS DE TOROS
Cuenta mi padre en otro artículo que
Ampuero ha contado con tres plazas de toros en su historia. La primera estaba
situada en la plaza del” Horcón o Corcón”, mitad talud terroso y el resto
cerrada con entarimado de madera que, por cierto, se derrumbó en una corrida y causó
algunos contusionados y heridos de gravedad.
La segunda se inauguró el 8 septiembre de
1910, siendo promotores unos señores de estas tierras, Alberto Camino, Carlos
García y Julián Barquín Bayas traídos de las Américas, que promovieron la
construcción de lo que se llamó “la torera” en un terreno cedido por Víctor
Rivas, una alameda poblada de viejos nogales. Por ella pasaron importantes
figuras en el arte de Cuchares como Carlos Arruza, Pepe Luis Vázquez, El Niño
de la Palma, Manolo Granero, que toreó dos corridas en Ampuero en un intervalo
de siete días. Un toro de Veragua, el 'Pocapena', deshizo su cabeza. Martin
Cilleros que, tras ser en 1971, cogido de gravedad, recibió una oreja en la
enfermería de la plaza. También toreros montañeses como Paquito Oria, Aníbal
Crespo, Manuel Molina, Pablo Morillas o “El Gusanero” y toreros locales como
“El Ciclón de Coterillo”, Cabrera y Leandro Echevarría. De esta segunda plaza,
el padre de los Bienvenidas, “El Papa Negro”, dijo en una ocasión: “Es una
plaza de juguete”, por la atractiva imagen que ofrecía.
La tercera plaza es la actual, construida
en 1977. La plaza de toros de Ampuero es” la mayor del mundo” como diría un
castizo, ya que es “la única plaza de toros en donde entran todos los
habitantes del municipio”
COMIENZO DE FIESTAS
Cuenta también en otro artículo con mucho
entusiasmo y emoción cómo se celebran cada año los encierros, lo hace como un
perfecto conocedor de lo que narra. Así dice que, desde hace años, el primer
acto que señala el comienzo de los festejos en honor a la Patrona la Virgen
Niña es el lanzamiento del chupinazo, después de la lectura del pregón por
alguien muy vinculado al pueblo de Ampuero, luego el desfile de las peñas, la
Agrupación Musical Ampuerense, charangas, juventud local y visitantes en medio
de un gran ambiente de juerga, jolgorio y bullanga. A continuación, se celebra
una misa en honor a la Virgen Niña y la tradicional procesión de las antorchas
por las calles de la villa, al tiempo del alegre volteo de las campanas,
acompañada por los miembros de las
peñas de Ampuero, autoridades, fieles de
la localidad y visitantes. Finaliza con una quema de fuegos artificiales y se
canta el himno de Ampuero: “A orillas del río Asón”, acompañado por la
grabación del trío musical Los Carabelas que emociona y pone los pelos de punta
cuando se escucha a todos los indígenas y a foráneos que en ese momento se
sienten también ampuerenses de verdad. Al principio, la procesión se venía
haciendo el 8 de septiembre a las 12:30 de la mañana, sin antorchas por ser de
día. Fue el alcalde de Ampuero, Don Francisco Céspedes quien propuso al párroco
Don Julián Escalante Solana que la celebración de esta procesión fuese la
víspera y de noche. No estuvo de acuerdo el sacerdote, pero accedió tras
ofrecerle el pago de un triduo, más tarde, el mismo sacerdote fue el más
convencido de que la idea había sido buena y positiva. Esto La primera
procesión de las antorchas, tal como se celebra ahora, se desarrolló en 1971.
ENCIERROS. AUTORIZACIÓN OFICIAL
Un dato realmente interesante para la
historia de nuestros encierros que aporta mi padre en otro artículo es la
autorización oficial para la celebración del primero de los encierros
ampuerenses. Fue expedida por la jefatura de Obras Publicas de la provincia de
Santander, desde el negociado de carreteras, el 8 septiembre de 1941 con n.º de
salida 2284, y reza de la siguiente forma: “En relación con el atento oficio de
esa alcaldía de fecha 3 de los corrientes, el ingeniero encargado de la zona
oriental me dice con esta fecha que visto el oficio n.º 940 del Ayuntamiento de
Ampuero en petición de autorización para cortar momentáneamente la circulación
de la carretera de Cereceda a Laredo con motivo de un encierro de ganado de
lidia, tengo el honor de informar a Ud., previa autorización del espectáculo
por la autoridad competente, que el ingeniero que suscribe no ve inconvenientes
mayores y puede consentir cortar la circulación por la carretera Cereceda a
Laredo con carácter excepcional y por el plazo máximo de 30 minutos, siempre que
el Ayuntamiento habilite y señale suficientemente para el paso de vehículos
mientras tanto un circuito o travesía provisional por las calles o caminos
municipales”.
Y termina diciendo: “Si con motivo del
paso del ganado, hubiera lugar a desperfectos en la carretera serán
inmediatamente reparados por cuenta del Ayuntamiento, según las órdenes del
personal encargado de la carretera”.
ENCIERROS
En otro artículo se refiere a los
encierros y la consideración de estos en el contexto de la fiesta taurina.
Afirma, también con emoción y orgullo, que siempre se han considerado como una
fiesta muy alegre y divertida y que por ese motivo se creó el lema: Ampuero, la
villa más alegre de La Montaña, y en el ámbito taurino, la Pamplona chica,
curiosamente taurina siendo localidad norteña, porque sus encierros han ganado
justa fama en todo el país y aquí se dan cita visitantes de toda España para
ser testigos presenciales de su San Fermín chico.
Describe los días de encierro contando
que, desde las primeras horas de la mañana, las peñas, las charangas y el
bullicio juerguista de los visitantes, como viene siendo costumbre, se
manifiestan con pasacalles por las avenidas y calles de la localidad con
escenas proclives al no desánimo y otros actos que levantarían “la moral a un
muerto”.
Y también el ritual de cada encierro: a
las doce de la mañana suena el primer “chupinazo” que indica que la manada de
astados sale de los corrales de La Nogalera a la arena del coso taurino. Tres
minutos después, se escucha la segunda señal, que indica que se abren las
puertas de la plaza y será un tercer” chupinazo” el que señala que los novillos
y mansos enfilan el recorrido. Recorrido de ida y vuelta, que viene a durar 3 ó
4 minutos. El récord de duración de estos encierros quedó señalado en uno
celebrado a últimos de los años 70 con una duración de más 44 minutos. Sin
embargo, pese a su larga duración, resultó “bastante limpio” pero no por ello
menos emocionante.
Por fin, un cuarto “chupinazo” que indica
que los “morlacos” están en los corrales de la plaza.
Precisamente en el año 1976, al
encontrarse demolida la plaza de toros de La Nogalera se iniciaron los
encierros infantiles con becerros, para los que mi padre sugirió la idea,
basándose en los que se celebraban en Pamplona, que algún” susto que otro” ya
dieron tanto a los niños como a los papás,
Emoción, vistosidad, carreras, sustos,
trompicones, y “gestas” para todos los gustos tendrán los que participen en
este espectáculo.
Entre los reconocimientos que manifiesta
en sus artículos a las personas que contribuyeron al éxito y seguridad de los
encierros, destaca una especial mención a la labor que durante tantos años
realizó el doctor Don. Ramón López Garzón, médico titular de Ampuero, junto con
sus compañeros el Doctor Matorras y el Doctor Manzano.
Y no podía faltar también, lo expresa en
numerosas ocasiones, la alusión al patronazgo y la protección de la Patrona de
La Montaña, la Virgen Bien Aparecida, “que todo lo ve” y con su bendición cuida
del peligro en estas fiestas taurinas ampuerenses.
Un dato importante no solo para los
encierros sino para Ampuero fue que en 1982 se hermanó con otra villa de
características taurinas, Eauze, capital de L´Armagnac, localidad francesa con
gran afición a la fiesta española y con la que se sigue manteniendo un fuerte y
estrecha relación.
Recalca en varias ocasiones un hecho
importante para la vida taurina de Ampuero y es que junto con Arnedo y Algemesí
fueron durante años, la triple A, en la escala nacional en cuanto a celebración
de novilladas con ganadería de primera línea y espadas que ocuparon los
primeros lugares del escalafón novilleril.
Paco junto a su hijo y al crítico taurino Pablo Morillas.
LA VIRGEN NIÑA
El pueblo entero de Ampuero venera de
forma especial a una Virgen Niña, una imagen dulce y angelical de la cual se
desconoce casi todo sobre los orígenes de la imagen, pero la tradición habla
siempre de una donación por unos indianos a la villa.
Las investigaciones realizadas por Don
Adolfo Linares, antiguo párroco local, revelan que la talla de esta virgen es
única y data de primeros de siglo.
A pesar de que la titular de la parroquia
es Santa María, el fervor del pueblo ha convertido a la Virgen Niña en patrona
y centro de toda la actividad religiosa.
La Virgen Niña, Patrona de la villa de
Ampuero, a excepción de su procesional paseo con las antorchas, jamás había
presidido el desarrollo de estos espectáculos taurinos.
En otro artículo cuenta que fue mi padre
el que propuso colocar una hornacina con la imagen de la Virgen Niña, en una de
las partes del recorrido del encierro como San Fermín en Pamplona, para que los
mozos antes de cada encierro solicitaran su protección. La idea fue aceptada
mayoritariamente como se comprobó en el muestreo realizado entre los vecinos y
el alcalde, en esos momentos Isaías Herrero Mendiondo, que después de barajar
varios lugares en donde se pudiese ubicar una imagen de la Virgen Niña; desde
la pared de la Nogalera, de la casa de la botica en la salida a la carretera
nacional al edificio de la antigua báscula municipal de la feria, en el cruce
de la subida a la Bien Aparecida o incluso la pared de la Casa Colorada junto a
la relojería Brera; se decidió que se colocara donde actualmente se encuentra.
La talla de la Virgen Niña, que cada día
estará presente en el recorrido del encierro, fue adquirida por los miembros de
la Peña La Nogalera para tenerla en su local durante todo el año. También
existe un himno para cantarle todos los días minutos antes de cada encierro con
el fin de pedirle protección durante el recorrido. Una vez finalizado el
encierro, la talla de la Virgen será devuelta a su local en la plaza de toros.
SALMÓN DE PLATA. TROFEO DE LA FERIA
Otro hecho importante, que cuenta,
relacionado con la vida taurina, fue la creación de un trofeo, el Salmón de
plata (ese aristocrático pez de cola fuerte, bien llamado “rey de los ríos” y
que no es otro sino el salmón), que el Ayuntamiento de Ampuero decidió otorgar
anualmente al triunfador de la feria. Se eligió como símbolo del triunfo el
“Salmón de Plata” valorando este como pez muy preciado entre los numerosos
aficionados al deporte de la pesca, de dentro y fuera de la región que se
dirigen a las riberas del río Asón para su captura.
En este 75 aniversario, la comisión de
fiestas de Ampuero ha preparado para este mes de septiembre, un amplio programa
de actos festivos, culturales y deportivos que serán del agrado de grandes y
chicos sin faltar a los tradicionales encierros por las calles de la villa, la
feria de la novillada y las simpáticas “gumersindas” para diversión de todos,
con numerosas cogidas, sustos y varetazos.
Quererte fue fácil, imposible será
olvidarte
Agradezco profundamente el articulo y la mención que hace a mi humilde aportación a que aquel año de Gracia hubiera encierros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y ¡¡¡ VIVA LA VIRGEN NIÑA!!!