domingo, 6 de noviembre de 2016

Ampuero en la Encrucijada del Camino de Santiago, por Garper.


 
EL RINCÓN DE GARPER

EN 1978, GRACIAS AL GRAN IMPULSO DEL INOLVIDABLE JOSÉ SECUNZA “CHEPE”, LA BÁRCENA RECUPERÓ LA TRADICIÓN DE LA FESTIVIDAD DE SANTIAGO.

 La próxima semana en nuestro querido barrio de La Bárcena viviremos, un año más, la festividad del Santo Patrono Santiago. También encenderemos las 37 velas del aniversario de la nueva ermita, construida e inaugurada en 1978.

Situada cerca, muy cerca, de donde existió “el nogalón”, justo a la entrada del antiguo camino que iba a la mies, se levanta la ermita de Santiago. Siempre se habló de la antigua ermita que existió bajo esta advocación, incluso, algunos mayores de La Bárcena conocieron sus ruinas. Ubicada en un entorno histórico por excelencia: Palacio de los Espina, molinos maquileros, ferrerías y hospital; ¡sí! hospital medieval que existió, junto a la ermita (donde hoy se levanta el bloque residencial de Los Naranjos) del cual tenemos referencias documentales correspondientes al siglo XVI. De ahí nos ha quedado el topónimo “Campo de Santiago.
Así que el barrio de La Bárcena necesitaba recuperar la ermita y el inolvidable y entrañable José Secunza, “Chepe”, ayudado en su entusiasmo por Paco Serna, fue el motor de este sueño que se hizo realidad. Hubo colecta y “los de La Bárcena” en unión y con alegría, realizaron un trabajo, “a prestación” que dio su fruto aquel 25 de julio de 1978, con una misa oficiada por el entonces párroco don Julián Escalante quedando inaugurada la ermita que el recordado “Chepe” se propuso recuperar como un eslabón más de la historia de Ampuero.

  Y el cronista, estudioso, enamorado y peregrino del Camino de Santiago, hace tiempo mantiene la hipótesis de que La Bárcena fuera paso de peregrinos jacobitas. Muchos peregrinos llegaban de Europa en barco y arribaban en el puerto de Laredo para luego enlazar por el camino de Los Tornos con el camino denominado francés. Otros, tal vez, desviados del Camino del Norte que pasaba por Guriezo bajaban por Hoyomenor y recibían hospitalidad en La Bárcena.

   El Camino de Santiago, camino de concordia y de fe cristiana; calle mayor de Europa, está viviendo el tercer milenio de peregrinación. Desde su inicio en tiempos medievales hasta nuestros días, miles y miles de peregrinos han realizado El Camino de Santiago. Desde tiempos escolares, cuando nuestro querido e inolvidable don Luis Vidal nos hablaba del Camino de Santiago sentimos curiosidad por este fenómeno de peregrinaje cristiano. Eso nos llevó a realizar, a pie, la ruta jacobea denominada camino francés en el año 1987. De Roncesvalles a Santiago de Compostela vivimos una experiencia inolvidable. Eran años de resurgimiento con fuerza del fenómeno jacobeo.

   Para nuestro peregrinaje llevamos la guía del peregrino de Elías Valiña Sampedro, “el cura del Cebreiro”. De esta guía que guardamos como oro en paño, sellada en todas las etapas realizadas y dedicada por el inolvidable Elías Valiña: “Al peregrino Jesús a su paso por el CEBREIRO, Elías Valiña, Cebreiro, 26 – 7 – 87”. ¡Como nos llamó la atención la feliz idea de las flechas amarillas! ¿Flechas amarillas? ¿Y por qué amarillas? Sí, esas flechas que llaman la atención a caminantes y peregrinos. Esas flechas que aparecen en cruces, postes de la luz, muros…Son las flechas, hoy muy conocidas pero, en los años ochenta del siglo pasado, desconocidas por la mayoría de la población española. El color de la pintura fue accidental. Era la que había sobrado en las obras de una carretera próxima al Cebreiro y que Elías Valiña y sus colaboradores aprovecharon para pintar las flechas señalizando la ruta jacobea. Esas flechas amarillas inundan en la actualidad todos los caminos de nuestra geografía que nos llevan a Santiago de Compostela. Camino francés, el del Norte, Camino de la Plata e infinidad de caminos y ramales que nos llevan a Santiago de Compostela. Caminos que van y vienen, caminos que se cruzan, como en Ampuero. ¿Veremos algún día las flechas amarillas y la concha señalizando lugares de tránsito de peregrinos jacobitas por nuestro Ampuero? Nosotros estamos en ello y seguiremos investigando todas las referencias que “haciendo también camino” nos lleven a un final feliz. Entonces podríamos gritar fuerte como hacen los peregrinos al llegar a Santiago de Compostela el grito que dan con alegría cuando llegan al Pórtico de la Gloria: ¡Ultreia!

   El próximo sábado, festividad de Santiago, serán muchos los que se den cita en la ermita de La Bárcena que a su entrada muestra su hospitalidad con la placa homenaje a José Secunza, “Chepe” y la escultura de Santiago Peregrino del escultor ampuerense Juan Carlos Abajo Herrero, que esculpió y donó con mucho cariño a esta ermita, orgullo de La Bárcena y  Ampuero que bien podríamos denominar “La pulcra barcenense”.
GARPER

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