miércoles, 30 de noviembre de 2016

Salmones pequeños

La semana pasada grababa los saltos que dan los salmones en su intento de superar la Presa de Tabernilla para dirigirse río arriba, persiguiendo ese instinto ancestral.Todo un espectáculo de la naturaleza que con un poco de paciencia, algunos días  puede presenciarse a cinco minutos del centro de Ampuero. (Continua)



Me encontraba allí, en el balconcillo situado frente a la salmonera cuando llegó un señor que me acompañó un rato charlando y tuvo la suerte de ver saltar a uno de esos  “aristocráticos peces de cola fuerte” como los calificaba el difunto Paco Asón.
“¡Qué afortunados somos de vivir aquí, con este río y este aire que respiramos, con las montañas tan cerca, con la playa a 10 km”… Y en fin, explicó el hombre otras razones como los supermercados de alimentación tan a mano y  surtidos, los comercios y servicios más que indispensables con los que cuenta el pueblo y otras razones de peso que ahora no recuerdo por estar más atento a las corrientes espumosas que a sus palabras.
 Que cierto es lo que decía, vivimos en un lugar privilegiado.

Ocurrió al poco rato que vino otra persona a la Presa y tras un intervalo de unos diez minutos observando el río sin que se viera asomar ningún pez, nos manifestó que no merecía la pena perder allí el tiempo, que antiguamente sí que era un verdadero espectáculo ver subir cientos de salmones y que se podía verlos saltar a cada instante.  
En fin, resulta evidente que cada cual tiene una percepción distinta del tiempo y de la realidad que nos rodea, que siempre contiene claros y oscuros. Una buena metáfora de Ampuero que como otros pueblos ha atravesado épocas de mayor prosperidad. Pero no podemos dar cuerda a los recuerdos sino que hay que vivir los tiempos que nos tocan, aunque no sean tan brillantes como nos gustaría que fuesen. Y como no hay otra que tirar para adelante no conviene cargar más piedras sobre nuestras espaldas de las que ya tenemos encima. Con demasiada frecuencia  escuchamos  en la calle comentarios peyorativos sobre nuestro pueblo, a veces de gente que ni conocemos, en algunas ocasiones son críticas acertadas pero nosotros mismos luego las difundimos con inexplicable ensañamiento.

¡De pronto… saltó un salmón! y nos alegramos al verlo aunque la persona negativa no terminó de tenerlas todas consigo y con autoridad precisó. “Antes eran mucho más grandes”.

3 comentarios:

  1. Joder, Brera, eres un fino analista de la realidad, un psícologo social, un entusiasta. un tío muy necesario. No cejes ni decaigas en tu tarea.
    Y sí, tal vez hubo épocas mejores si ciframos su bondad en las bonanzas piragüera, taurina o salmonera. ¿Pero no son acaso mejores los tiempos cuando se tiene institutos de Bachillerato y de Formación Profesional, que cada día atraen a muchos comarcanos, Centro de Salud, no sé si una depuradora en condiciones, polígono industrial, abastecimiento comercial variado, casas y caminos acondicionados o ganaderías saneadas? ¿No será acaso que nos hacemos viejos, Brera?

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    1. ¡Ah, las añoranzas!Las carga el diablo.Pronto voy a escribir sobre "el último cochero" si me dejan las monjitas de la residencia de ancianos.

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  2. Como comunmente se dice.
    Nunca llueve al gusto de todos.

    No todo tiempo pasado tiene que ser por necesidad mejor.

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