De ayer a
hoy
Desde
inmemorial época, existen Sociedades de aficionados al arte dramático, pero hay
una diferencia tan grande, tan marcada de ayer a hoy en el modo de interpretar
y presentar las obras, que demuestra evidentemente el adelanto que de varios
años a esta parte ha adquirido el arte teatral.Antiguamente se interpretaban las obras muy mal, generalmente, y peor cuando no estaban escritas en prosa. Era cosa de risa ver como recitaban los versos, y como los contaban a capricho, atendiendo únicamente al martilleo de las consonantes y prescindiendo en absoluto de puntuación, de pausas y hasta de apartes.
Sus
intérpretes, vistiendo el antiguo traje, con su espada correspondiente y
espuelas, accionaban valiéndose de la mano derecha, porque la izquierda la
tenían apoyada en el pomo de la espada con cierto aire caballeresco y
provocador; pero cuando se trataba de obras de costumbres, entonces el apuro
era grande para colocar las manos, y mayor aún cuando tenían que conversar con una
dama.
Había
sociedades que buscaban obras en que no figurasen mujeres, pues había gran
dificultad para que se prestaran a representar en un teatro.
En aquella
buena época, sea por defectos de nuestra incompleta educación o por sobra de
misticismo, no estaba bien visto que una joven saliese a las tablas, y más de
una familia hubiese creído cometer una falta grave permitiendo a sus hijas
tomar parte en el culto y honesto pasatiempo de una representación teatral….
Pero han
pasado años y años, y todo, absolutamente todo ha cambiado por completo. La
actual generación, con menos preocupaciones que nuestros antepasados y con
mayor amplitud de miras, permite a sus virtuosas hijas, de costumbres
irreprochables y de selecta educación, que pisen las tablas, no estimándolo
como un desdoro, sino como decoroso pasatiempo en que pueden demostrar su
inteligencia y hasta perfeccionar su educación porque se acostumbran al trato
social, pierden el temor de hablar ante el público y adquieren un sello de
distinción y de cultura…
Un sinnúmero de Sociedades de este género
existen, y entre ellas debe figurar la recientemente creada en esta bella y
pintoresca Villa, titulada Sociedad recreativa de Ampuero, cuyo cuadro
artístico está compuesto por simpáticas señoritas de esta localidad, que a una
educación esmerada unen elegancia e inteligencia y por jóvenes distinguidos,
simpáticos, cultos y todos con grandes aficiones al arte.
Al mencionar
el cuadro artístico, no debo pasar por alto, la iniciativa y ayuda que la
Sociedad en general ha prestado, ofreciéndose gustosos a formar este Centro
recreativo y congratulándose de que exista en este pueblo, lo que en otros de
más poca importancia existe desde hace varios años.
Nada quiero
decir en particular, de cada actriz o de cada actor, porque todos merecen
plácemes y alabanzas, y si me viera obligado a ello, no sabría decir cuál de
ellos es el mejor, porque todos son admirables.
Siga tan
excelente camino la Sociedad recreativa de Ampuero, que por esa senda y con
tanta ayuda se llega a la perfección, ya que se me tacharía de exagerado si
dijera que se llega a la inmortalidad.
El progreso
del teatro de aficionados de ayer a hoy es notorio y muy notoria también la
reacción de las familias que hoy conceptúan como pasatiempo culto, educativo y
honesto, lo que hace años estimaban como pernicioso y hasta inmoral.
José Pacheco
González. (Luz
Cántabra. 22 de enero de 1911)
Tratamos por vez primera en el blog acerca de las asociaciones de teatro que existieron en Ampuero, es decir, de grupos de aficionados que se unían para representar obras teatrales. Nos remontamos a tiempos lejanos porque por desgracia este entretenimiento cultural desapareció en la localidad hace ya muchos años. Ojalá en un tiempo venidero se animara el panorama cultural de la villa y surgiera un grupo teatral.
Agradabilísimo
en extremo resultó la inauguración del nuevo local-teatro de la Sociedad
recreativa de Ampuero.
Las obras
puestas en escena fueron: El matrimonio, que bordaron la señorita Teresa García
y el Sr. González (don Antonio), La escondida senda y Noticia fresca.
La misse en
scéna de la primera obrita resultó del más depurado gusto. Una salita blanca,
encortinada y decorada con exquisita elegancia.
En La
escondida senda hicieron las delicias del público las Srtas, Matilde Madrazo,
Carmela Ortiz, María Mercedes Machín, Belén Ortiz, María Pacheco y Laura
Lombera que supieron dar realce a sus papeles, siendo, de notar el aplomo con
que por primera vez pisaron la escena Laurita Lombera y María Mercedes Machín,
que eran debutantes.
Arsenio
Ortiz, que también debutaba hizo un D. Laureano muy discreto, estudiado a
conciencia y bien dicho.
Los actores
Antonio González, Ernesto Rivero, Carlitos Pacheco y Rafael Revuelta muy
estudiosos y oportunos, contribuyeron poderosamente al buen conjunto de la
difícil comedia.
En la
conocida obra el maestro Vital, Noticia fresca rivalizaron en gracia y donaire
Juanita Echevarría, Carlitos y Pepe Pacheco.
También
merece plácemes D. Pedro Garcí que de su pequeño papel de agente de policía
supo sacar todo el partido posible promoviendo la hilaridad del selecto público
que llenaba el salóncito y que premió con aplausos continuados la artística
labor de los distinguidos aficionados.
El Café Universal fué escenario de obras de teatro en esas épocas.
ResponderEliminarSí, en la próxima noticia hablan de ese Café, pero se refiere creo suponer a los techos que tenía pintados al igual que la farmacia, por los hermanos Sanz, antepasados de Panchín y Guillermo y Arturo, etc.
ResponderEliminarYo creo que el primer local que albergó el teatro debió ser el cine, claro que no sería entonces como conocimos el Gran Cinema. Seguimos tratando el tema, yo al mismo tiempo que escribo sobre él me entero de las cosas porque son temas que hasta ahora no había leído. y que encuentro en los viejos periódicos de Ampuero.
El Café Universal conservaba aún una tarima a modo de escenario, que se convirtió luego en almacén. Y sí hubo actuaciones musicales y teatrales allí.