Por fin vimos una buena feria en nuestra villa... Amaneció un hermoso día, junto con el gran número de tratantes - "chalanes"- de Vizcaya, Asturias, Castilla, etc, que desde muy de mañana pululaban por nuestras calles, hizo esperar un buen día para todos. En efecto, a las nueve de la mañana el amplio ferial de "la Nogalera" se hallaba completamente abarrotado de reses de todas clases y tamaños. Pocas veces se ha visto dicho lugar tan lleno de ganado como esta vez, probablemente es debido a la reciente disposición de las "altas esferas" permitiendo la libre importación de ganado extranjero en nuestro país, disposición - bajo el punto de vista campesino, naturalmente -altamente perjudicial- pues tiene la virtud de hacer bajar de precios a las vacas de leche, perjudicando a los poseedores de estas últimas. Es muy posible, pues que la inesperada animación de que nuestra feria última se vio revestida así como sus incontables transacciones, en las que se echó de ver la baja que dicha libre importación hace que se opere en nuestros ganados, con la abundancia de las vacas suizas y holandesas, sigan bajando de valor. También el mercado fue uno de los más concurridos que hemos visto. En él había como suele decirse "de todo". Nos limitamos a hablar del queso fresco de oveja, hubo a la venta como unos 500 kilos, muy buena clase, la mayoría de ello del valle de Carranza, vendiéndose de una peseta a 1,25 kilo. Huevos: muy escasos en esta ocasión, pues sólo había en el mercado unas 300 docenas. Los precios fluctuaron entre dos pesetas y 2,30 docena. Mantequilla: algo más abundante que en anteriores mercados y muy buscada por los revendedores. Se vendió de 4,50 a 5 pesetas kilo. Aves: fueron traídas al mercado más que de costumbre. No mostraban las revendedoras que otras veces buscaban mucho, gran interés por este artículo. Por ello los precios fueron bajos; entre tres, cuatro y 4,50 pesetas para los pollos, según tamaño y cinco a siete pesetas las gallinas. Cerezas: de las conocidas por "cerezas de mayo" debe escasear bastante este fruto este año, por cuanto que al mercado se presentaron unas cincuenta cargas, hermosa clase, de Cerbiago, Aedo y Rascón, donde este año abundan mucho y prontamente fueron vendidas todas por Santander y Bilbao la mayoría a un precio de 65 a 80 céntimos kilo.
EL CORRESPONSAL. EL CANTÁBRICO, 5 DE JUNIO DE 1923. (FOTO MARUGÁN de época posterior a la crónica periodística).
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