Las circunstancias actuales provocan que pasemos más tiempo
asomados a ventanas y balcones. Uno de mis entretenimientos es observar el
vuelo de los pájaros y si está mi hijo cerca enseñárselos para que los
distinga. Desde lo del coranovirus hemos visto muchas bandadas de palomas, van
desde el centro del pueblo hacia prados cercanos al cementerio, una y otra vez
incansablemente, es curioso porque vuelan con una agilidad vertiginosa que no
aparentan cuando se las ve por la plaza. También hemos localizado más o menos
donde tiene su nido una pareja de palomas torcaces. Vemos revolotear entre las
ramas de los fresnos y robles a numerosas urracas y cuervos. La semana pasada
se estrelló contra una de las ventanas una paloma joven y estuvo en el balcón
una media hora aturdida pero luego salió volando, afortunadamente. Hemos visto gaviotas y patos y ayer vimos
una bandada de buitres volando desde Candiano hacia las Nieves, iban a mucha
altura pero su silueta es inconfundible, van manteniendo sus distancias unos
con otros, imagino que son los que anidan en la costa cercana a Castro. Y hoy a
la hora de comer hemos visto una cigüeña, volaba alta y la pude fotografiar,
aunque no me ha quedado la foto demasiado bien, iba hacia el este. Me acabo de
asomar ahora al balcón por si pudiera añadir a la lista algún otro pájaro pero
no he visto nada reseñable únicamente en el prado de enfrente una vaca siendo
devorada por unos tigres.
¿Y no has visto a las oscuras golondrinas de los balcones sus nidos colgar?
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