sábado, 30 de junio de 2012

Video. La iglesia de Santa Marina de Udalla

Música  The Crimea

Requien Aeternam

Relato breve. Al Arca de Noé

Relato.

AL ARCA DE NOÉ

Al arca de Noé, situada junto a la de Samir, subieron parejas de animales de las más variadas especies: caballos, halcones, perros, jirafas, leones, armadillos, canguros, pericos, búhos, cebras, panteras, ciervos, avestruces, simios, gatos, camellos, colibríes, jaguares, tapires, camaleones, elefantes, serpientes, osos y mariposas, entre cientos de miles más.

Al arca de Samir, situada junto a la de Noé, subieron parejas de animales de las más variadas especies: cimbitillos, borones, nupis, míteros, doneiros, firoados, koperos, camarates, jomines- parecidos a los borones, sólo que con plumas en vez de pelos-, lónidos, persodios, rengus, pícuros, prelinos, zipizipis, topeles, virsobios y claretas, entre cientos de miles más.

Mientras los animales subían a su arca, Samir, parado en la proa de la embarcación, comtemplaba preocupado la enorme y majestuosa nave de Noé. "Mmmm, no sé... la mía no se ve tan segura", alcanzó a pensar justo antes de que cayeran las primeras gotas de lluvia.

Rafael Ángel García Zuluaga

lunes, 25 de junio de 2012

Video. Goitiberas



                 Bajando en goitiberas y otros vehículos la cuesta del cementerio. Año 2011.



jueves, 21 de junio de 2012

Video. Riada del 16-6-2010





Este fue mi primer video. Se grabó el 16 de junio de 2010 a orillas del Asón, durante una considerable riada. Ese mismo día debutó España en el Mundial de fútbol de Sudáfrica y perdió 1-0 contra Suiza.

Música del Coro Villa de Ampuero.
Ojalá en este blog pudieran colgarse videos antiguos de Ampuero, aquellas péliculas que se grabaron en super 8 o más tarde en VHS. Animaros.

domingo, 17 de junio de 2012

Ampuero y el Pasabolo (II Parte)


LOS INICIOS DEL PASABOLO EN LA BOLERA DE LA NOGALERA DE AMPUERO


En el número 4 de la REVISTA PASABOLO contábamos una parte de la historia de las boleras de Ampuero, a las que calificabamos como "el gran templo del pasabolo". Nuestro relato se centraba especialmente en los hechos destacables y las anécdotas en las décadas de 1960 y 70, auténtica época dorada de aquellos carrejos ampuerenses. Apuntábamos que fue posiblemente en Ampuero el lugar en el que el pasabolo adquirió sus caracterísiticas actuales, y dábamos protagonismo a algunos de los nombres que por una u otra razón formaron parte de la pequeña gran historia de "La Nogalera" en la segunda mitad del siglo XX, particularmente entre los años 60 y 90. En esta ocasión, vamos a echar la vista aun más atrás, a los verdaderos primeros tiempos del pasabolo en la villa.

 Texto por David del Río

La publicación el pasado verano del libro "Ampuero. Raices festivas", del que es autor el historiador local Santiago Brera, aporta algunos datos interesantes acerca de esos auténticos primeros años del pasabolo ampuerense. Esto nos anima a volver a dirigir nuestra mirada nostálgica a esta localidad, intentando trazar un esbozo de cómo pudieron transcurrir los primeros años de nuestro deporte en el Ampuero decimonónico. El libro citado es un completo análisis de la vinculación de la villa asonera con el mundo de los toros desde el último tercio del siglo XIX hasta 1975, fecha del derribo de la plaza vieja. En este exhaustivo y entretenido libro se detalla buena parte del acontecer de la fiesta taurina ampuerense durante esos 100 años, el surgimiento de la mencionada plaza a comienzos del siglo XX, la aparición de los encierros a partir de los años 40, y el despegue definitivo de las fiestas desde la década de 1960. Pero tambien, y lo más interesante para nosotros, algunos hechos y momentos que muestran la importancia que el pasabolo tenía en aquellos festejos del septiembre ampuerense.

Y es que efectivamente, en Ampuero, boleras y plaza de toros han tenido una vida paralela y unida. Aunque la existencia de festejos taurinos y de boleras está documentada desde la década de 1870, sólo en el año 1908 un vecino llamado Francisco Arriola propone al ayuntamiento construir una plaza de toros "a la distancia de 15 metros del río, y 20 de la bolera". Aunque aún tuvieron que pasar ciertos avatares, la construcción finalmente se produjo, y -como decimos- desde 1910 bolera y plaza de toros forman parte del mismo entorno. De hecho, una vez decidida la construcción de la
plaza, el ayuntamiento adopta en 1909 el acuerdo de que "el arrendatario (de la plaza de toros) tendrá derecho a establecer en La Nogalera las plazas de bolos que crea procedente". Es decir, que en aquellos primeros años quien explotaba lo uno, explotaba tambien lo otro. Tengase en cuenta que por entonces la gestión de ls boleras, con sus cantinas, competiciones, apuestas y su condición de recinto ferial de ganado en ocasiones, debía ser un negocio rentable, pues el "remate" o concesión por parte del ayuntamiento no era barato, y aun así, nunca dejó de haber personas interesadas en dicha explotación. En 1928 Juan Secunza adquiere por 175 pesetas anuales el arriendo del ferial y las boleras (ya no la plaza de toros) "teniendo derecho a establecer las plazas de bolos que crea procedente y los puestos de refrescos que tenga por conveniente, sin que nadie lo pueda hacer más que él".

Los bolos, en el programa de las fiestas
A partir de la construcción de la vieja plaza, y hasta 1941 la actividad taurina ampuerense se centraba en la celebración de corridas y novilladas con motivo de las fiestas de septiembre. Todavía no había encierros. En el marco de aquellas fiestas los concursos de bolos tenían un papel principal. Brera cita en otro de sus libros "Ampuero, una aproximación a su archivo histórico" una copla del carnaval ampuerense de -quizás- los años 20, recogida orginalmente por Alfonso Setién, y que dice así:
"Da vergüenza que en esta villa, madre de la diversión,
el municipio en festejos no se gaste ni un botón.
Para el concurso de bolos subvencionó 100 pesetas.
Me creo que para eso hubo hasta reuniones secretas...".

El programa de bolos de 1924, por ejemplo, incluye 2 concursos de bolos, seguramente uno de pasabolo y otro de bolo palma, y como muestra de la importancia que nuestro deporte tenía dentro del calendario festivo, recuperamos un fragmento de la prensa local de 1931: "La animación de las magníficas boleras ampueranas (sic) era a la hora del juego, verdaderamente extraordinaria, viéndose en ellas además de unas dos mil personas, sus buenas tres docenas de automóviles de fuera". Santiago Brera nos complementa la información relativa a aquella jornada: "Participaron 15 cuadrillas. La vencedora resultó una de las locales, compuesta por Ricardo Ateca, Ricardo Viota, Pancho Camino y Bibiano Martínez. Este último jugador protagonizó la jugada cumbre de la tarde, al enviar los tres bolos a "quinta" causando el delirio de los incondicionales y el asombro de todos. Los vencedores recibieron 150 pesetas y una copa. Entonces los bolos de pasabolo eran con corona, como apreciamos en la foto".
Quedémonos con estos 2 detalles técnicos: Por entonces se jugaba al pasabolo a la raya quinta, y por otro lado, efectivamente la forma de los bolos era más parecida a los de bolo palma, con panza y corona. La foto que ilustra el artículo y que reproducimos es un tesoro absoluto, un gran documento de la prehistoria de nuestro deporte.
 Aquellos concursos de los años 40
En 1941 tiene lugar el primer encierro. En Ampuero existe una entretenida controversia acerca de si  aquella primera vez fue promovida por los jóvenes locales buscando diversión "al estilo de Pamplona" o si por el contrario fue una riada la que obligó a sacar los toros de la plaza y hacerlos atravesar las calles de la villa. El hecho es que por entonces las fiestas ampuerenses pasaban por un momento de decaimiento, y en los años siguientes el añadido que supuso el encierro contribuyó a su despegue. En 1942, y a pesar de la preponderancia del juego del pasabolo, Juan Secunza, propietario de las boleras, anuncia que va a federar la bolera de bolo palma "con arreglo al reglamento nacional de esta modalidad, y celebrando concursos de importancia en los que participarán ases de la provincia". En 1943 tiene lugar, como siempre en el marco de las fiestas, el concurso de pasabolo, en modalidad de parejas. Participan 24 dúos, todos de la comarca, obteniendo el primer premio, 150 pesetas, la pareja formada por los ampuerenses Pablo Arteaga "Paulín" y Manuel Helguera. Segundos clasificados, con premios de 100 ptas, fueron B. Maza y Carlos Sánchez, de Rasines, y terceros, con premio de 50 ptas, los tambien locales Ricardo Viota y M anuel Secunza.

Los programas de festejos de aquellos años 40 ponen de manifiesto la existencia de una intensa actividad pasabolística. En el de 1944 se recogen dos competiciones. La primera de ellas, un concurso de parejas, que repartiría premios de 150, 100, 75 y 25 pesetas, así como 25 pesetas para el jugador que más bolos totalice. Y la segunda, y más importante, "el Monumental concurso de bolos a pasabolo en partidas de cuatro, otorgándose premios de 500, 300, 150 y 75 pesetas a las partidas vencedoras, y una valiosa y magnífica copa al jugador que más bolos consiga. Además la importante casa comercial Bodegas Felgar dona 3 premios de 50 pesetas divididos de la siguiente forma: Uno para la partida compuesta por cuatro jugadores que consiga anular la mayor jugada hecha en años anteriores en este concurso; otra para el jugador que anule la mayor jugada individual conseguida hasta el momento en concursos celebrados en esta bolera; y un tercero para el jugador que en las ocho bolas lleve tres veces los bolos hasta la última raya". Curiosa forma de promover la competición.

No hemos indicado hasta ahora que la plaza de toros y las boleras existentes por entonces no son las que conocemos en la actualidad. La plaza que aparece en las fotografías que ilustran este artículo es la "plaza vieja" y fue demolida en 1976. También las boleras sufrieron severas transformaciones, hasta el punto de que la de pasabolo "de mayores" no ocupaba el emplazamiento actual, sino que se encontraba unos metros más adelante. A su costado, "la de niños" y en la zona que actualmente ocupa el tiro y el tablón del pasabolo se alzaba la de bolo palma. Al fondo de la bolera de pasabolo -como ahora- la plaza de toros. En relación a aquellos años de posguerra se contaba una anécdota que Santiago Brera recoge en el libro "Ampuero, una aproximación..." y era que en los bajos de la antigua plaza vivía un personaje popular apodado Vivillo, y cuando una bola lanzaba los bolos muy lejos se acuñó el dicho de que éstos habían llegado "hasta donde el Vivillo".
 Los Campeonatos de España, en Ampuero
Otro hito importante que vincula de forma casi definitiva al pasabolo con las fiestas de la Virgen Niña es la celebración a partir de 1945 del Campeonato de España de pasabolo. Desde ese año y hasta 1960 esa competición se celebró siempre en Ampuero, coincidiendo con las fiestas. El programa festivo de 1946 anuncia para el sábado 7 de septiembre, a las 5 de la tarde, "la celebración del Campeonato de España, en el que se disputarán los títulos de Campeón ysubcampeón de España 1946-47 las cuatro primeras figuras de este deporte en Santander, Vizcaya y Burgos, y el resto de los puestos de la clasificación". En 1949 el campeón fue el local Pablo Arteaga, que recibió la copa de la Federación Española, el título de campeón nacional y  ¡¡¡mil pesetas¡¡¡. Dos año más tarde, en 1951, el pasabolo "se cuela" en el cartel anunciador de las fiestas ampuerenses,  junto a la imagen de la plaza de toros, en un diseño que les mostramos y que ahora puede parecer antiguo pero que conserva todo el sabor y regusto estético de aquella época. Aquel año de nuevo el Campeonato de España llenó a rebosar el recinto de La Nogalera, proclamándose campeón Ramón Maza, de Soba, y alcanzando, según la crónica de la época, el primer clasificado local el sexto puesto en la persona de Angel Vicario. Presidió la entrega de premios Miguel Moscadó, hijo del famoso general Moscardó, y que era por entonces Delegado Nacional de Deportes.

Los días 11 y 12 de septiembre de 1954 se disputa el Campeonato de España, en el que Paulín Arteaga repitiría triunfo. Previamente, el día 9, había tenido lugar el concurso de la bolera, por cuadrillas, que en esta ocasión tenía el nombre de Primer Gran Premio Barbier, e importantes premios en metálico, según recoge el programa de fiestas. Esta es la última referencia a las boleras ampuerenses que recopila Santiago Brera en su libro "Raices festivas" que es el que nos ha servido de base para la confección de este artículo, y que tanto nos ha ayudado a entender la importancia del pasabolo en la vida festiva de la villa y su entorno. Lo que vino después, los años 60, la Peña Revilla de Don Efraín Ruiz y sus iniciativas, El Lobo y todo lo ocurrido con posterioridad como la demolición de las antiguas plaza y boleras y la construcción de las nuevas, si quieren leerlo, les remitimos a ese número 4 de la revista pasabolo que quizás guarde Vd. en algún cajón...

Este reportaje se publicó en la revista  número 7  "Pasabolo " de junio de 2012.

Agradecemos el permiso concedido para añadirlo a este blog y recordamos a todas las personas

interesadas que en www.pasabololarevista.tk pueden verlo al completo con fotografías.

Y por supuesto muchos otros reportajes sobre este deporte tradicional. 

sábado, 16 de junio de 2012

Video. Jugando al Pasabolo




Música: The Crimea.
Loop a Loop

Columpio reparado. Buena noticia

ME LLENA DE ORGULLO Y SATISFACCIÓN informar que ya se reparó el columpio de los peques, que se encontraba averiado, en el parque de juegos situado junto a las escuelas.

Ampuero y el Pasabolo


LA NOGALERA (AMPUERO): LA CATEDRAL DEL PASABOLO EN CANTABRIA.

Álvaro del Río

Cada especialidad deportiva tiene su lugar especial. Ése lugar al que los deportistas acuden a sabiendas de que un día, en tiempos inmemoriales todo comenzó allí. El Pasabolo tiene ese lugar. Esa bolera se llama “La Nogalera” y se encuentra en Ampuero.
Por ella han pasado, pasan y pasarán todos los grandes y más modestos jugadores que haya dado este deporte. Por ello, esta bolera representa el pasado, presente y futuro del Pasabolo. Es quizás la bolera con más Historia a sus espaldas, la que ha sido testigo de las mayores  hazañas, la que ha forjado las más grandes leyendas del pasabolo a lo largo, al menos, de todo un siglo.


Nos proponemos hoy una misión imposible: resumir en unas pocas páginas ese siglo de actividad de estas simbólicas boleras. Se que nuestro empeño está llamado a fracasar. Es de todo punto imposible resumir en unas líneas tantas tardes de éxitos y de luchas deportivas. Pero aunque no lo consigamos, vamos a intentar recuperar para los lectores de PASABOLO algunos de los grandes momentos vividos en La Nogalera.

Ubicada en un lugar privilegiado, en el centro de la Villa, en la explanada aledaña a la Plaza de Toros homónima, la bolera La Nogalera es y ha sido siempre peculiar para los pasabolistas debido sobre todo a la proximidad de los árboles que la bordean tanto por el lado del Río Vallino, como por el camino de acceso a la plaza de toros. Para todo jugador que tire en Ampuero, evitar que los bolos lanzados impacten contra estas filas de plátanos de sombra supone siempre un gran reto, siendo este uno de los grandes encantos de la bolera, en la que no siempre el jugador más fuerte sale victorioso. El hecho de que los bolos se topen con los árboles suele penalizar drásticamente el valor de la bola lanzada, siendo esta circunstancia motivo de presión añadida para todos los jugadores, especialmente en momentos importantes de las grandes competiciones.

No están claro los tiempos en los que esta bolera se instaló en Ampuero. Lo que sí está documentado es que a principios del S. XX ya se disputaban grandes partidas y concursos, con unos medios materiales limitados, como el resto de grandes carrejos de la época como era la Catedral en territorio vizcaíno, Santa Ana de Sopuerta, o la bolera de San Lorenzo en Laredo. Manolo Secunza, el popular e inigualable tornero ampuerense, cuenta que su abuelo fue, a principios de siglo XX el primero en crear en Ampuero un deporte nuevo, variante del Tres tablones burgalés. Así pues, hace un siglo ya existía La Nogalera y un incipiente y nuevo deporte: el pasabolo. Grandes partidas y concursos están documentados en este carrejo en los años 20 y 30, buena época para la actividad en la bolera en días festivos o de ferias populares.

Este espíritu competitivo en torno a la bolera de Pasabolo se mantiene a lo largo del tiempo. Entre los años 50 y 60 se disputan multitud de Campeonatos oficiales. En esa misma década de los 60 comienza a formalizarse por las comarcas pasabolistas lo que ya era una realidad a nivel oficioso: se instituyen unas cuantas entusiastas peñas de Pasabolo, entre ellas, la Peña Revilla de Ampuero, y ponen en marcha la 1ª Liga Regional y con ello la andadura del Pasabolo dentro de la Federación Cántabra de Bolos.

La Peña Revilla  conquistó los títulos de Liga de 1965, 1968 y 1973, lo que demuestra el gran potencial de jugadores que el municipio de Ampuero poseía ya en aquella época. Miguel Ortiz "El Parrero", Santiago Serna, José Trevilla y Tomás Rey formaron como titulares en la final de la liga de 1965 contra Ramales, compuesto por Evaristo Alonso, Luis Idiaquez, Luis Ruiz "Sucu", Buto y Ángel Alonso. Los de Ampuero conquistaron tanto este título como posteriormente el Campeonato Interprovincial, jugándose a domicilio contra Carranza, en la bolera de Concha. En aquel tiempo también jugaban con la Peña Revilla Francisco Uriarte, Luis Secunza (hermano de Manolo el tornero), Jesús Hinojal y Esteban Larrauri.

La Peña Revilla y la bolera de Ampuero son el centro de la actividad pasabolística de la época, hasta tal punto que entre los años 1960 y 1973 se disputan en este carrejo cinco Campeonatos de España y al menos ocho Campeonatos Regionales, todos ellos de 1ªcategoría. El motivo es evidente: como siempre en Ampuero, una gran expectación acompañaba a las grandes competiciones, como se puede observar en la foto que se acompaña.

En ella vemos tirar a Luis Ruiz “Sucu” en el Campeonato de España de 1.973, bajo la atenta mirada entre otros de Fermín Torre (a la derecha, camisa negra) y de Rosendo Lavín “Sendo” (a la izquierda con la escoba). Como curiosidad, se observa que antaño la bolera tenía una fila más de plátanos, entre las dos filas que existen actualmente, con lo cual la zona hábil de la bolera era mucho más estrecha. El único árbol que se conserva hoy en día de aquella tercera fila es el que se encuentra tras la raya de 70, como se observa claramente en la segunda fotografía. Por cierto, cabe decir aquí que hasta 1976 la bolera de Ampuero se alzaba unos metros más adelante de su emplazamiento actual. Se asentaba sobre el solar que ahora ocupa la plaza de toros reconstruida. Allí existían, en realidad, 3 boleras: la grande de pasabolo, la de bolo palma y una tercera, la pequeña de pasabolo, a un costado, que era usada no sólo por niños sino que –nos cuentan- la concentración de aficionados algunas tardes era tal que por momentos se encontraban a pleno funcionamiento las tres boleras llenas de adultos. En esa bolera pequeña jugaban a una modalidad un tanto particular: “al 111”, que consistía en que cada jugador debía intentar conseguir alguna bolada exacta de esa cifra, 111 bolos. En caso de conseguirlo, pasaba de ronda. De lo contrario, quedaba eliminado. Claro que siempre quedaba la posibilidad de reengancharse, pagando de nuevo inscripción, por supuesto… Lo recaudado iba para el ganador final de la partida.
Cuando en febrero de 1976 fue derribada la vieja plaza de toros, corrieron la misma suerte las boleras. Durante los 2 años que duraron las obras, el equipo ampuerense debió jugar sus partidos de liga en la antigua bolera de Colindres. La organización no debió ser fácil ya que por entonces la peña San Ginés contaba con tres y hasta cuatro equipos, con lo cual algunas tardes se debían disputar dos partidos de liga sucesivos. El equipo de segunda categoría de Ampuero, formado por entonces por Maso, Calín y Fito, entre otros, jugó aquellos dos años en la bolera de Santa Ana, de Tarrueza. En 1978 recuperaron su lugar habitual a orillas del río Vallino.
En esta época de los años 60 y 70, grandes jugadores de calidad técnica contrastada, como Miguel Gutiérrez, Baldomero Imaz, Chus Fernández (por dos veces) o Chuchi Sánchez escribieron sus nombres como campeones de España de 1ª categoría en esta plaza. Chus Fernández logró aquí también el título Regional de 1ª, como lo hicieron Rosendo Lavín, Ramón Martínez, Tomás Rey, Victoriano Cano, Fermín Torre y Manuel Llamosas por dos veces.
Por cierto, se recuerdan grandes historias de desafíos en este carrejo de los dos grandes mitos del Pasabolo: Manuel Llamosas “El Lobo” y Julio Ortiz “El Zurdo”, quien también fue Campeón Regional en Ampuero, aunque ya en 1.982, como se ha mencionado ya, tras la reestructuración integral de la zona aledaña al Río Valli
A la vuelta de estas obras, se había quedado por el camino la Peña Revilla, formando ya el equipo representativo de la localidad bajo el nombre actual: Peña Pasabolo Ampuero, En 1.978, primera temporada tras las obras, se proclaman Campeones de Liga de 1ª con una gran plantilla formada, al menos, por Manuel Llamosas “El Lobo”, Bibiano Sainz “Bibi”, Rosendo Lavín, Tomás Rey, Ricardo Llamosas y José Trevilla.
En 1.980, un veterano Llamosas y un jovencísimo Del Río conquistan en La Nogalera el Nacional de 1ª Parejas. Comenzaba una era, los años 80 y los 90, en los que la bolera de Ampuero extrema su dificultad técnica ya que, además de exigir gran potencia, requería casi siempre jugar muy abierto (bote de la bola sobre la zona izquierda del tablón) para que los bolos salieran derechos. Todas las grandes figuras de dichas épocas tuvieron sus tardes buenas, pero también malas sobre el carrejo ampuerense, y muchas fueron las ocasiones en las que el río Vallino se llevaba consigo algún bolo. En 1.991, por ejemplo, en el Campeonato de España de 1ª Parejas, Michel Campo y J.M. Parada conquistan el título con una ventaja de más de 1.400 bolos con respecto a los segundos clasificados y en 1.993 Antonio Solana gana el título de 1ª Regional jugando a una media inferior a los 1.500 bolos por mano.
 Pero también son inolvidables los grandes éxitos tanto a nivel deportivo como organizativo, con llenazos rotundos una y otra vez alrededor de toda la bolera, especialmente en la competición que se convirtió desde su inicio en el año 1.991 en el concurso estrella de cada temporada: la Bola de Oro. Año tras año, hasta su desaparición en el año 2.006, los mejores jugadores optaban a este precioso premio. Esperemos que se logre reflotar este gran torneo para el Pasabolo, innovador incluso en el formato, ya que disputaba todas sus rondas eliminatorias por el sistema del KO, formato inédito hasta entonces y tremendamente espectacular para los aficionados.

Este torneo surgió como consecuencia del patrocinio de la Ferretería Sucesores de Isaías Herrero, recogiendo el testigo posteriormente el Pub Skala. Se convirtió desde su inicio en el concurso más prestigioso y algunos de los jugadores que han ganado este torneo a lo largo de los años han sido Justo Martínez (primer vencedor), Alberto Ibáñez, Jerónimo Pérez,  Pedro Arana, Antonio Martínez, José Miguel Parada, Michel del Río, Bernabé Ortiz y José Antonio Cano.
Otro hito organizativo en esta época fue el Campeonato de España de 1.994 en el que en una de las mejores finales de la Historia Michel del Río conquistó en propiedad la Copa S.M. El Rey, ante la férrea oposición de Pedro Arana. Ha sido hasta la fecha el último Campeonato de España de 1ª celebrado en La Nogalera. La jornada, 7 de agosto de 1.994, sirvió además para que el mundo del Pasabolo rindiera merecidísimo homenaje a Manuel Llamosas “El Lobo”, en un precioso acto celebrado por la noche en el Restaurante Somahoz (La Aparecida – Ampuero).
Desde los años 90 decir Ampuero es decir cantera, fomento y promoción del Pasabolo gracias a la labor de Nacho Torre en primera instancia y de Poldo de la Peña más recientemente, que supieron recoger el testigo de hombres como Enrique Aranguren o Manuel Secunza, entre otros muchos.
La Escuela de Pasabolo de Ampuero ha sido desde entonces el mejor ejemplo de funcionamiento de una continua labor de formación de jugadores de la cual hoy en día disfruta no sólo esta localidad sino numerosas Peñas de Cantabria que cuentan entre sus filas con jugadores formados en la Escuela de Ampuero.
En el año 2.005 se acometió una profunda remodelación de la zona de tiro de la bolera y aunque en primera instancia, la obra no fue técnicamente la mejor de las posibles, las condiciones de habitabilidad de la bolera en general mejoraron considerablemente.

Hoy en día la bolera, si bien necesitada de las labores de mantenimiento inherentes a una instalación deportiva de este tipo, presenta un gran aspecto. Y aún así sigue manteniendo el encanto de resultar técnicamente muy difícil.
 Un claro ejemplo fue el concurso Ayuntamiento de Ampuero 2.009, en el que prácticamente ningún jugador de 1ª categoría supo superar estas dificultades a pesar de que todos sabían que actualmente la tabla hay que jugarla al revés que antaño, es decir, cerrada. Dada la dificultad técnica que sigue entrañando la bolera, casi todos los jugadores acabaron enviando bolos contra los árboles del lado del río Vallino. También la edición de 2.010 fue dada a las sorpresas en forma de fallos … ¡hasta la última bola!.
Este certamen, así como la mayor parte de la actividad que tiene la bolera, llega en época estival. En ese tiempo, el calor llega a convertirse en un problema serio al no haber sombras para los jugadores en el tiro. En época de Ligas (invierno / primavera) la lluvia pone en riesgo la actividad y a sus practicantes.
Por ello, hoy en día todo el Mundo del Pasabolo observa la necesidad de que finalmente se lleve a cabo la prometida cubierta de esta zona de tiro, así como varias reformas que, por ejemplo en materia de seguridad para determinadas zonas de público general.
Sirvan estas líneas por tanto, para ponderar la necesidad que esta obra pendiente siga su curso administrativo y se ejecute en el menor plazo posible.
Decir Ampuero es decir Pasabolo. Ampuero y sus gentes, la bolera con más Historia, más presente (mayor número de licencias de Pasabolo) y seguramente también la de mayor futuro, merecen tener la mejor instalación de Pasabolo de toda España.
 
 
 
"La Fuente de la Rana" agradece la autorización recibida para poder publicar este reportaje por parte de los responsables de la revista PASABOLO.
 
Y recuerden que en pasabolo.larevista@gmail.com
pueden leer el reportaje completo y ver las fotos que lo ilustran.
En este caso dicho reportaje fue publicado en el número 4 de la revista correspondiente a mayo de 2011.
 
















Video. Las Marzas 2012





Los niños de la escuela cantan las marzas en Ampuero. La música es de la Coral Villa de Ampuero y la canción: . Ro, mi, niño, ro

martes, 12 de junio de 2012

Poema. Las Boleras de Ampuero


BOLERAS DE AMPUERO

ROMANCE DEL PASABOLO. 1935



Cuadrilátero de sombra, luces doradas y blancas,

el río cuenta secretos con el murmullo del agua

a los árboles que cubren –verde túnel de sus ramas-

la bolera. Juventudes abiertas a la esperanza,

pasan en generaciones como por la vida pasan:

flores en el  corazón, todo el mundo a las espaldas

y pulsos que en las muñecas llenos de sangre les saltan.

Competencias de los hombres los niños las desearan,

y ojos que se las abrieran como se las abre el alma

que se va tras de los bolos en una luz de esperanzas.



Los viejos sienten y miran con una mirada sabia

que tiene un poco de crítica y algo de triste añoranza.

Y en el suelo, descansando su sueño de línea clara,

el tablón, eje del juego, donde la ilusión resbala,

espera y recoge fuerzas y luego al aire las lanza.



Bolas corren la canal –mundo dentro de su área-

como esferas creadoras de vidas insospechadas.

Brazos en ramas de músculo hacia el azul se levantan:

llevan deseos en flor, en la bola y en el alma

latigazos de muñecas, el corazón en la palma,

fija la vista en los bolos que al sentir el choque saltan.



El espacio, de oro claro, cruzan tres saetas blancas,

como pájaros volando en imagen de bandada.

Tres exhalaciones rectas en tres ilusiones altas,

que caen marcando medidas de una aritmética falsa.

Pintan júbilos los rostros y emociones encarnadas.

¡Vidas jóvenes y fuertes! ¡Vidas de una edad dorada

cuando esa vida  nos hace no pensar en la ensenada

de los años, donde encuentra su triste fin nuestra barca!



Y allá van los bolos altos, bolos de buena bolada…

Podrán pasarse los años, pero las vidas no pasan;

y siempre hay brazos que tiran y corazones que cantan

cantos de felicidades y alegrías encerradas.

Son los nuevos gladiadores los hombres de la montaña.”





En el libro de Jesús Garper: “ Por los Caminos de Ampuero” figura este tema recogido del escritor Alfredo Matilla en el año 1935”.



Estamos hablando de un escritor de la Generación del 27, que fue amigo personal de Federico García Lorca, gracias a su amistad “la Barraca” actuó en Ampuero”. Él estaba casado con una chica ampuerense y veraneaba en esta villa.



De ahí ese conocimiento minucioso del recinto de la bolera de “La Nogalera”,  situada a orillas del río, entre árboles.

Los jóvenes lanzando la bola, los ancianos presenciándolo, es el paso del tiempo y de las generaciones como tema de reflexión universal.



Durante la Guerra Civil fue secretario personal del presidente de la República Manuel Azaña y con él permaneció en Valencia hasta el fin de la guerra. En el exilio alcanzó en Puerto Rico y en  la República Dominicana enormes éxitos como intelectual en el teatro y en la música popular.






 

 





















lunes, 11 de junio de 2012

Video. Feria Rociera



                                    Feria Rociera celebrada en Ampuero el 9 de junio de 2012

jueves, 7 de junio de 2012

FERIA ROCIERA. El PINO VERDE


Nos quedaba por ver la " Caseta Real" del Pino Verde. Según fuentes bien informadas, ya se encuentra todo listo y refrigerando buen número de cervezas y botellas de fino.

FERIA ROCIERA
SABADO 9 DE JUNIO
AMPUERO

Relato Breve. "La Calle"


             Un cuento……… “LA CALLE”







El Cine Coral amenazaba ruina. Sus puertas fueron cerradas. El luminoso se apagó para siempre y la clausura dejó en las carteleras un letrero de Se Vende. Allí donde una vez sonreía Lauren Bacall o James Dean se instaló el vacío, y ese color sin fondo de los locales cerrados. Resultaba extraño verlo así. Donde habíamos guardado cola en otro tiempo ahora sólo había un espacio lúgubre, un portalón vacío que era como la antesala de la muerte del cine.



No tardó en instalarse una pareja de vagabundos que se llevaron sus trastos y tetrabriks, y en poco tiempo hicieron de aquella ruina su hogar. Era mejor verles a ellos ocupando el lugar de lo que fue aquel cine. Se habían esfumado los héroes de la gran pantalla, pero quedaron dos Robinsones desarrapados ofreciendo al público el espectáculo de sus tardes de vinazo, y sus broncas, y sus risas. El cine había dejado paso al teatro. Y el teatro eran ellos. Muy pronto hubo palomas picoteando las migas de sus bocatas, y gatos y perros igualmente vagabundos. A veces pasabas y estaban tirados, sin decir nada, dormitando o simplemente echados sobre sus cartones. Pero había tardes de verdad vibrantes. Discutían y se amenazaban, ciegos por el vinazo y el frío pelón de febrero.



Una de aquellas tardes llovía a cántaros y el viento golpeaba con saña los voladizos de la avenida. Bolsas de plástico y periódicos viejos huían en remolinos mojados, y en la calle no se veía un alma. Pasé por allí por casualidad enfundado en mi parka y encogido por el frío. Estaban enredados en una discusión de las buenas. Ella decía:

- Vete. Si no me quieres, vete. Has estado con ella, lo sé. Lárgate. ¡No me toqueeees….!



 El agua entraba a golpes por el portalón, y les mojaba los trastos y los cartones. El viento golpeaba los cristales de la cartelera vacía y silbaba como un demonio. Parecía querer llevárselo todo, y a ellos mismos. Él la miraba con un tetrabrick en la mano, aleteando con los brazos en un gesto de burla. Pero tenía los ojos enrojecidos por la rabia y el vino. Se acercó al borde del portalón y la lluvia le dio de lleno. Se volvió y se quedó mirándola. Bajo sus pies se había formado un charco. Entonces levantó el cartón de vino y le replicó furioso:

- Pero, si me echas de casa, ¿dónde coño quieres que vaya? ¿A la calle? ¿Me voy a la calle?







      AUTOR:  (Miguel Ángel Yusta Martín. Madrid)






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miércoles, 6 de junio de 2012

Video. En canoa por el Asón






Hay en Ampuero una empresa  CANOASÓN, abierta todo el año, que organiza descensos en canoa.
www.canoason.es

942.634225
678 414 135


lunes, 4 de junio de 2012

Feria Rociera. 9 de Junio

FERIA ROCIERA
9-JUNIO

 Programa .

Viernes 8 de junio. A las 18,30. Golosinas para los niños que vengan ataviados para la Feria Rociera. A las 19. Actuación de la academia de baile Danzalia.

Por la noche Fiesta del" Rebujito" por los bares. Sorteo de regalos.


Sabado 9. A las 13,15 Concentración de Peñas, Caballos, Calesas y Sevillan@s en la Plaza de Toros.

13,30. Desfile matinal por las calles de Ampuero y tapeo por los bares y restaurantes.

17,30 . ESPECTÁCULO ECUESTRE  "RITMO A CABALLO Y FLAMENCO" en la Plaza de Toros. Organiza y produce "Estevez Eventos".

19,30. Concentración en la plaza mayor y Exhibición de la Asociación Grupo de Baile Chamán de Ampuero, modalidad junior y adultos por rumbas y sevillanas.

20,30 Sorteo de regalos.

20,35 Desde el Programa de televisión "Tú si que Vales"... llega el grupo finalista...
AIRES MARISMEÑOS.

22.OO A seguir la fiesta por los bares organizadores de la Feria Rociera de Ampuero.


Decorado actual de algunos bares de Ampuero aguardando la Feria Rociera.

sábado, 2 de junio de 2012

¿Otro mercado en la plaza este fin de semana?

                                  ¿Otro mercado en la plaza?  




     Observo con cierta sorpresa y cierto disgusto la instalación en la plaza de un denominado “Mercado Artesanal”. Consiste en una docena aproximada de puestos de comida, velas, perfumes, bisutería, bolsos y pañuelos y en general productos artesanales variados.
    
     Uno de los propósitos que animan a este blog es el de tratar en la medida de lo posible fomentar el comercio local. Indudablemente es una fuerza muy reducida la que pueden llegar a tener estas páginas y desde luego tampoco se  pretende enarbolar banderas críticas en exceso.

     Hoy mismo hemos asistido a la actuación acertada de llevar a cabo la concentración ganadera un sábado en lugar de un domingo como estaba prevista en un principio. Pero también hemos conocido una mala noticia, el cierre de una tienda en la calle del Comercio, un establecimiento dedicado a la fotografía.

     Es evidente que el pequeño comercio vive sus horas más bajas y por ese motivo creo que las autoridades muncipales deben de tratar de apoyarlo.

     El pasado año se creó ASOCAM (Asociación de comerciantes y autónomos de Ampuero). Con el fin de unirse y defender el gremio esta asociación va dando pasos firmes y originales. El pasado mes de mayo organizó con mucho éxito la “I Fiesta Montañesa”. Se decidió sacar comercios a la plaza, se animó el ambiente con actuaciones de música tradicional, un cocido montañés, una exhibición de bolo palma, un sorteo de regalos, etc.

    En la asociación se entendió que si organizábamos nosotros esta fiesta, el ayuntamiento no iba a dar licencia para volver a celebrar el mercado medieval del pasado año u otros similares. Al parecer también estuvieron de acuerdo el gremio de hostelería porque a ellos les hizo a sí mismo daño, al instalar merenderos para comer y cenar asados.

    La colocación este fin de semana, sábado y domingo, de este mercado daña los intereses de los comercios de Ampuero, quizá no en gran escala pero como están las cosas ahora mismo todo resta y perjudica. Y el mal para unos aunque sea pequeño se contagia a los otros.
    
     En mi opinión bastante competencia sufren los comercios de Ampuero con el mercado semanal de los sábados por la mañana.
Antiguamente favorecía enormemente al comercio en general del pueblo, hoy en día ya no tanto, pero se trata de una tradición de siglos que debe respetarse porque estimula y dinamiza las calles ampuerenses durante la mediodía.

    El equipo de gobierno municipal debe andar más vigilante y más en la línea de favorecer al pequeño comercio local, más ahora cuando se pretende iniciar las obras del nuevo Ayuntamiento, que traen numerosos trastornos al casco urbano.

    Tal vez,  por mi parte, se halla podido interpretar mal eso de que el ayuntamiento ya no iba a permitir la instalación de mercados “ajenos” en la plaza, pero estoy por creer que todos los miembros de ASOCAM así también lo entendieron.

   Sea como fuere lo importante es que los responsables del consistorio mediten sobre la conveniencia o no en el futuro de permitir estos mercados.